«¿Qué pasa si en la escuela piensan que solo hay nenas y varones? ¿Qué pasa si me quedo solo porque no me entienden?», me preguntó un niño no binario de 8 años. Estas palabras son una radiografía exacta de lo que sucede en nuestro país.
La Argentina tiene un marco legal vigente que ha reconocido derechos fundamentales para las familias y niñeces diversas como la Ley de identidad de Género Nº 26.743, la cual establece el reconocimiento del derecho de la identidad de género autopercibida para todas las personas, lo que alcanza a la niñez; la Ley de Matrimonio Igualitario Nº 26.618; el cupo laboral para personas travestis y trans; y el DNI para identidades no binarias. Además, si observamos la conformidad de nuestros territorios y su población, surgirá la gran diversidad constituyente de nuestras sociedades.
Sin embargo, las familias y la niñez diversa enfrentan un desafiante contexto sociocultural para lograr su igualdad real. La familia nuclear cis heterosexual binaria sigue representándose en la escuela, en la salud y en la mayoría de los espacios públicos y privados como el único modelo posible de familia.
En 2019 llevamos adelante desde la Asociación Familias Diversas de Argentina una investigación para conocer la experiencia de las familias diversas y la de sus hijos, hijas e hijes en el sistema educativo argentino. Cuando hablamos con les niñes nos dijeron: que el 62% no tenían clases de diversidad familiar en la escuela, mientras que el 38% dijo que sí tuvo. Cuando se les preguntó si usaban libros o tenían representaciones en la escuela sobre la diversidad familiar: el 94% respondió que no y sólo el 6% dijo que sí.
El dato más alarmante fue este: cuando le preguntamos qué harían si experimentaran acoso en la escuela debido a la diversidad, el 69% dijo que no haría nada, el 19% dijo que pediría ayuda al personal docente, el 6% dijo que reaccionaría defendiéndose (otro 6% no respondió).
Entonces, la voz de aquel niño no binario de 8 años expresando sus miedos ante un sistema que no lo escucha, no lo acompaña, era la voz de una gran mayoría de niñes. ¿Qué podemos hacer nosotres para cambiar esto?, le preguntamos en esa investigación a les niñes. Nos contestaron: «Hablar, hablar y hablar de la diversidad en la escuela», «más Educación Sexual Integral». Un adolescente dijo: «Sería bueno que habláramos más sobre este tema porque muchos toman como algo malo que hay gays, lesbianas o trans».
¿Qué podemos hacer desde nuestra vida diaria para ser personas aliadas de las niñeces diversas? Comparto lo que me recomendó León, un niño trans de 10 años: «cuando veo que alguien tiene una pulserita con la bandera del orgullo, sé que es mi amigue».
Acciones concretas y simples que nos visibilicen como personas aliadas de la diversidad, escuchar las voces de les niñes y acompañarles en su camino, dejando el adultocentrismo de lado, es un excelente comienzo.
Presidenta de la Asociación Familias Diversas de Argentina