Imperdonable
Como una pandemia oculta, los casos de abusos sexuales a menores y jóvenes se multiplican de una manera increíble, saltando clases sociales, económicas y culturales. Sin embargo, hay algunos hechos que por diferentes razones quedan más expuestos y generan un interés especial.
Hace un par de días quedó detenido un integrante de la Iglesia mormona de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, de Villa Allende. Marcelo Moreno Pérez está acusado de haber abusado de una menor de 14 años en el 2017. Prueba genética surgida de ropa de la víctima lo involucraría fuertemente y, por eso, la imputación es la de Abuso sexual con acceso carnal calificado. Lo también increíble es que este presunto violador haya permanecido libre hasta que el fiscal de la Cámara Tercera, Marcelo Hidalgo, pidió su encarcelamiento.
Cuando puertas adentro se supo de lo ocurrido, rápidamente las autoridades de esta iglesia firmaron un acuerdo confidencial con la familia de la joven y le pagaron un resarcimiento de $ 4.500.000. La contrapartida era el «silencio total», so pena de ser demandados, y el renunciamiento a cualquier acción civil o penal.
Afortunadamente, la adolescente pudo contar y declarar con detalles lo ocurrido en la propia casa de Moreno, en el Villa Allende Golf. Los detalles son repugnantes, ya que el acusado engañó y persuadió desde su «lugar de poder» a la menor, y luego de abusarla teatralizó un arrepentimiento tras lo cual pidió «que no contara nada».
Moreno será juzgado desde el 30 de noviembre y podría recibir una dura condena no inferior a los diez años de cárcel. Pero también podría haber consecuencias para posibles encubridores.
Es verdad que, en nombre de Dios, muchos cruzan límites no permitidos. De confirmarse, este abuso en Villa Allende es sencillamente imperdonable.
¡¡¡63 años!!!
Viejos son los trapos”, dicen muchos abuelos repletos de vitalidad y ganas de hacer, vivir y bailar como si fueran aquellos mismos pibes y jóvenes de los años mozos. En Tribunales, algunos ilustres abogados como Carlos Hairabedian y Marcelo Brito, entre otros, son el mejor ejemplo de que muchas veces la vida también puede ser bella e interesante en las alturas.
La jueza Graciela Bordoy de Pizzicari, de 80 años, y actual integrante de la Cámara Once del Crimen, confirmó que finalmente se jubilará a partir del 1 de febrero del 2022. Nacida en Rosario, pero radicada en nuestra ciudad desde los seis años, desde muy joven comenzó a trabajar en Radio Universidad y Canal 10 de los SRT de la Universidad Nacional de Córdoba.
Como mujer, fue pionera en tiempos en que el periodismo «era cosa de hombres» y, además, compañera de trabajo del inolvidable Sergio Villarroel.
En lo que respecta al Poder Judicial, la doctora Bordoy ingresó en 1958, se recibió de abogada en la Facultad de Derecho de la Casa de Trejo y no dejó casillero por ocupar en toda la carrera judicial.
Desde escribiente, pasando por fiscal, jueza de Instrucción y jueza de control, hasta convertirse en jueza de cámara en 1998.
Por supuesto, bien ganada tiene la expresión: «Es una institución». Son muchos años en Tribunales… son ¡¡¡63 años!!!