El conflicto en Bolivia por la toma de la sede de la Asociación Departamental de Productores de Coca de La Paz (Adepcoca) cumplió una semana con enfrentamientos crecientes entre los productores cocaleros por un lado y la policía por el otro, en una deriva violenta de alcances imprevisibles para el gobierno de Luis Arce.
Una parte de los manifestantes protestan contra la proclamación de Arnold Alanez como dirigente de Adepcoca con el aval del Gobierno del Movimiento al Socialismo (Mas) y del otro grupo de productores en lucha. La disputa entre esos sectores campesinos no sólo se centra en el control de Adepcoca sino también del mercado de la organización en Villa Fátima en La Paz, el mayor de los dos mercados legales autorizados para la venta de coca en el país.
Los enfrentamientos entre cocaleros y policías volvieron a repetirse ayer en La Paz, en un nuevo pico de violencia que el martes dejó al menos 24 heridos y 15 detenidos, según los reportes oficiales. Por séptimo día consecutivo, los choques se produjeron en las cercanías del mercado de Adepcoca, que está resguardado día y noche por la policía. Los barrios paceños de Villa Fátima y Villa El Carmen también fueron escenario de otros choques, mientras que los vecinos locales armaron barricadas para tratar de impedir que los manifestantes entren a la zona.
El punto de inflexión en los choques de ayer fue la detonación sorpresiva de un explosivo a menos de un metro de los uniformados, que contestaron con el lanzamiento de gases lacrimógenos. En la zona se llegaron a detonar varios cartuchos de dinamitas y petardos desde el bloque de los cocaleros, que hicieron redoblar la respuesta represiva policial. Hemos vivido un tormento, nos han metido el gas como si nada, tengo mis nietos y mis animalitos”, se quejó Miriam Castillo, una vecina de 67 años que enfatizó que en la zona están hartos” de los disturbios.
El enfrentamiento se da entre dos sectores: uno cercano al Gobierno y otro opositor, por la conducción de Adepcoca. El grupo oficialista defiende la designación de Alanes al frente de la organización y el otro considera ilegal ese nombramiento –reconocido por el Ejecutivo- e impulsa la vuelta de Armin Lluta a la conducción.
La sede de Adepcoca está ubicada en un barrio que es punto de salida hacia los valles subandinos de Yungas, donde se cultiva la coca desde antes del imperio incaico. En la zona se comercializa coca de manera legal para mascado, infusión y rituales religiosos, y se otorgan permisos para su distribución. El Gobierno de Arce intentó en dos reuniones buscar una salida al conflicto, sin resultados positivos.