Es importante que este 12 de septiembre las mujeres vayamos a votar en las Primarias, Abiertas, Obligatorias y Simultáneas, porque de esa forma estaremos decidiendo la continuidad o freno al actual modelo que impera en el Congreso de la Nación. Esto es particularmente importante para las mujeres, porque podremos dar a conocer el proyecto de país en el que queremos vivir y el cual queremos construir.
Es vital incrementar la presencia de las mujeres en la política porque el modelo actual y la cuarentena han dejado un tendal de mujeres desocupadas, con empresas quebradas y emprendimientos desbaratados. La reforma tributaria integral y progresiva que tanto necesitamos debe contemplar que muchos impuestos impactan más perjudicialmente sobre nosotras, y que, por la situación de vulnerabilidad que transitamos muchas mujeres, necesitamos leyes que promuevan la generación de puestos de trabajo e inversiones en emprendimientos.
Necesitamos apuntalar las pymes dirigidas por nosotras, y que los presupuestos que se diseñen en todos los niveles contemplen el impacto diferencial de los fondos para nuestra situación particular, porque de otra forma la mayoría de los presupuestos terminan beneficiando a los hombres. Necesitamos estructuras educativas donde se invierta en proyectos específicos para nosotras, que vean la situación de la crianza y cuidado de los hijos, con escuelas que se adapten a las problemáticas de las madres; desarrollar leyes que nos den mayor seguridad y niveles de protección, y que destinen fondos para mejorar la salud, educación y trabajo de las mujeres. Leyes, en definitiva, a través de las cuales produzcamos un quiebre a la reproducción de la pobreza, la inequidad y la falta de oportunidades.
Resulta urgente impulsar proyectos de ley para fortalecer la inclusión de las mujeres en los ámbitos donde se toman las decisiones. Nuestra ausencia en las urnas implicaría un fortalecimiento del modelo actual de participación política de la mujer, triste legado de Eva e Isabel, que es aquel en el cual, para arribar a un puesto de poder, se debe ser esposa, hija o amiga cercana de un gobernador o un político importante. El oficialismo cordobés, si bien cuenta con los medios legislativos para hacerlo, no ha querido impulsar una ley para que alguno de los tramos sea encabezado necesariamente por una mujer, sino que lo ha dejado librado a la suerte individual de mujeres postuladas por el simple hecho de ser parientes cercanos a un hombre del poder.
Es importante que en las próximas elecciones apoyemos las listas que buscan un cambio, donde haya tramos a senadurías o diputaciones encabezadas por mujeres, y donde su presencia sea visible y patente, con candidatas que han sido vistas opinando y dando a conocer sus proyectos. Es por todo ello que otro de mis proyectos a impulsar desde el Senado de la Nación es, justamente, que uno de los dos tramos de las precandidaturas y candidaturas al Congreso de la Nación esté encabezado por una mujer.
Precandidata a Senadora de la Nación