La preparación de la aventura amorosa”. Así podría titularse una antología de textos -póstuma- de Roland Barthes. Bien funcionaría, por qué no, como título de película indie, de gira por festivales del hemisferio norte. Quizás, también, pueda anclar en una de las líneas del haiku, la condensación en tres versos de una sabiduría atemporal. ¿Qué aventura no significa principalmente una preparación, un largo deseo previo al azar de los sucesos?
Acaso ¿no es aquello para lo cual, en esta vida, nos preparamos eternamente, la única aventura posible?
Al fin, ¿qué sentido tiene prologarse cuando se larga en terreno tan inestable como el amoroso?
El principio biográfico es tan convencional como son los principios de la ficción de género”, dice Francisco Bitar (Santa Fe, 1981). Recientemente publicó en Tusquets La preparación…”, inaugurando la serie De ahora en adelante”. La emancipación de la familia, No trabajar, No escribir, La bohemia, La formación del gusto. Los títulos de la saga, próximos a ser publicados, sugieren la intención de esquivar mandatos y construir, así, un pasado y presente propios.
La novela es la bitácora de Cerro, un hombre joven en un mundo viejo, que, sin haber sido avisado, se encuentra con que el sistema de códigos e intercambios del circuito afectivo ha mutado. Con retazos autobiográficos, Bitar renueva un caudal inagotable: la literatura desde la experiencia afectiva, la imposibilidad de separar vida de obra, obra de vida.
HDC: ¿Cuáles fueron los síntomas que hicieron que pasaras de una situación en la que te resultaba abominable” involucrarte personalmente en tu literatura, a esta actualidad inevitable de crear con data propia una novela de amplio espectro, sin marcas de género fuertes?
Bitar: En principio, para mí la ficción era una manera de hacer alquimia con la experiencia, que también es una manera de entender la novela. Yo no sé de qué manera mi experiencia estaba presente en mi literatura, lo que a mí me resultaba una virtud. Efectivamente hubo un pase, algo que produjo un giro afectivo y que me permitió pensar en un giro también sobre la forma. Me encontré con que esas formas del yo” podían ser tan indirectas como las otras. Si encontraba la forma correcta de un relato del yo”, esa forma sería de todas maneras indirecta. Para eso había que inventar una forma distinta a la biografía. Me parecía que para seguir sosteniendo el enigma del yo”, había que sostener y profundizar el extrañamiento.
HDC: Los géneros pueden ya no tener nada para ofrecer por sí mismos, incluso se puede prescindir de todas las formas canonizadas, pero prescindir del lector quizá sea el punto último. ¿Puede leerse La preparación…” como método para que los lectores también hagan sus proyecciones personales?
Bitar: Absolutamente. Sí. A los escritores en general nos resulta raro que no todo el mundo esté escribiendo su propia historia, de la manera que sea. Mediante la ficción, los géneros autobiográficos, etc. Me pregunto siempre por qué no la mayoría intenta singularizarse en la escritura, que es la manera que conocemos para volvernos singulares. Como escritor, me resulta extraño que me lean y a veces pienso que cuando alguien me lee puede significar que ese lector no está escribiendo su historia. Escribo porque no leo, decía Lacan. En mi caso, mis lecturas generalmente suponen una especie de concomitancia con lo que escribo. Por eso diría que, más que leer, estudio los textos. Ni bien me produce conmoción algún texto, de inmediato me pongo a estudiarlo, ver cómo es que está hecho. Justamente ese ver cómo se hizo” me habilita para probar mis posibilidades al interior de ese mismo texto. Entonces, efectivamente, la idea de que la escritura se pueda continuar en otras escrituras me resulta natural.
HDC: Hay siempre audacia en los relatos donde no se percibe una intención explícita por organizarlos. Los cortes, las cápsulas fragmentarias en principio, sin una trayectoria preestablecida, sin una unión deliberada con los demás elementos de la estructura. Esto guarda parecido con los días que vivimos, donde el drama y la comedia se encuentran acotados y tienen una intensidad diluida. ¿Qué es lo que te vincula a esta literatura de lo mínimo”, por ponerle un título rápido, que muchas veces condensa grandes inquietudes contemporáneas?
Bitar: Me resultan interesantes las literaturas de lo mínimo. Últimamente las veo en textos de artistas que no son del mundo de las letras. Se manejan en las posibilidades de la escritura con mayor libertad de género, diría. Me parece que por eso mismo muchos de estos textos, de músicos o cineastas, pueden considerarse una especie de renovación. Lo que hay en principio es la transgresión sobre la institución. Se supone que la literatura sea eso que se espera que sea; estos artistas se saltan el precepto. El discurso de lo mínimo, se enfrenta al de lo grande, pero sobre todo se enfrenta al discurso del sentido común. El texto mínimo muestra justamente las fisuras del gran discurso de la literatura”. Ésta quizá sea hoy la manera que tiene la literatura de renovarse.
Edición automágica
Resúmenes de poemas”. El texto se dejó escribir, editar y publicar en no más de tres horas. Prendió mecha entre la madrugada y la mañana del 11 de agosto, sin exceder, cada resumen, los 240 caracteres de Twitter.
El resultado: una colección de postales urbanas, paisajes mentales de los protagonistas de los poemas, imágenes y secuencias flotando en la memoria del Bitar poeta. Pequeñas sinopsis contemporáneas.
HDC: La edición, el control sobre cómo finalmente será tangible, aumenta en muchos sentidos la capacidad expresiva de la obra. ¿Cómo fue el proceso de editar un libro tan particular?
Bitar: Fue algo muy divertido. Comenzó por un tuit lleno de sorna, el tipo de discurso que me gusta en Twitter: Necesitaría un resumen de tus poemas”. Esa pequeña provocación sobrevivió el día, y esa noche (cuando no caigo rendido, la noche es un momento muy productivo para mí) me quedé pensando cómo podría presentarse ese género de resumen de poemas”. Me pareció que, como toda idea de este tipo, experimental al fin, el modo de presentación debía condecirse: la edición debía emular el proceso casi automático de escritura. Así fue que le escribí a Juanjo Conti que, además de ser escritor, tiene un proyecto que se llama Automágica”: permite colocar textos y producir libros, de forma libre.
En lo relativo al género, digamos que supone la implementación de una lengua (estilo sumario, condensación) pero apunta sobre todo a un discurso. Más que una manera de hacer de un texto largo uno más corto, lo que busqué era traducir esos textos -los poemas- a un lenguaje ajeno a ellos, incluso ajeno a la poesía. Creo que ahí estuvo el choque que generó cierto interés.
Pueden descargar Resúmenes desde el Twitter de Francisco Bitar. La preparación de la aventura amorosa” se consigue en cualquier librería.