La investigación, en la que también se critica la falta de cooperación de China, había sido ordenada por el presidente Joe Biden e indica que la opinión de los expertos se encuentran entre ambas teorías.
El resumen no clasificado del informe señala que cuatro agencias de la comunidad de Inteligencia y el Consejo Nacional de Inteligencia creen que «probablemente» el virus saltó de un animal a un humano, pero otra de las agencias muestra una «confianza moderada» en que la primera infección con SARS-CoV-2 en un humano «probablemente» fue el resultado de un incidente en un laboratorio.
Esa agencia señala que el incidente «probablemente involucró experimentación, manipulación de animales o muestreo por parte del Instituto de Wuhan», según la cadena de televisión CNN. Otras tres agencias han señalado que no pueden posicionarse con ninguna de las dos teorías sin información adicional.
Si bien el informe no alcanza ninguna hipótesis concluyente, sí ha rechazado que la COVID-19 se desarrollara como un arma biológica y especifica que es «poco probable» que la enfermedad se diseñara genéticamente, según indica la agencia Europa Press.
La investigación aduce que necesitaría más información sobre los primeros días de la pandemia para proporcionar «una explicación más definitiva del origen de la COVID-19» y, en este sentido, ha señalado que la comunidad científica internacional «carece» de muestras clínicas o de una «comprensión completa de los datos epidemiológicos» de los primeros casos de la enfermedad.
Es por esa razón que en el trabajo se menciona la falta de voluntad de China para cooperar, una condición necesaria»llegar a una evaluación concluyente» sobre el origen del virus. «Pekín, sin embargo, continúa obstaculizando la investigación global, se resiste a compartir información y culpa a otros países, incluido Estados Unidos», se advierte.