Condiciones favorables para la atracción de talento, digitalización, resiliencia económica, adaptación al cambio climático y bienestar: éstos son los cinco retos principales que afrontan las ciudades globales cara al futuro, de acuerdo con el 2021 Global Cities Report, de Kearney, que recoge un retroceso en la valoración de las españolas Madrid y Barcelona.
Al estudio de Kearney sobre ciudades hay que añadir el Smart City Index 2021, que elaboran la escuela de negocios IMD y Singapore University of Technology and Design, publicado también hace algunas semanas. La publicación de estos estudios es un reflejo de la creciente atención que se presta a las ciudades en la globalización. Las ciudades han adquirido un protagonismo clave como actores en la internacionalización de la economía y de las empresas, frente al referente casi único que antes suponían el país o la región.
Para Kearney, una ciudad global se mide por su capacidad para atraer y retener capital, personas e ideas, y mantener ese desempeño a largo plazo. Kearney elabora el Global Cities Index, que mide la valoración de 156 ciudades del mundo en cinco dimensiones: actividad empresarial, capital humano, intercambio de información, experiencia cultural y participación política. Elabora, al mismo tiempo el Global Cities Outlook, que evalúa el potencial de las ciudades para convertirse en “hubs” globales en el futuro, en función de sus condiciones y políticas actuales. Para esta proyección hacia el futuro considera cuatro dimensiones: bienestar personal, economía, innovación y gobernanza.
Nueva York, Londres, París y Tokio encabezan el ranking de ciudades globales en la edición de 2021 del Global Cities Index. Un dato llamativo es que entre las diez primeras ciudades hay cuatro asiáticas: tres chinas (Pekín, Hong Kong y Shanghai), Tokio y Singapur. En general las ciudades chinas registran notables avances en esta última edición.
Por su parte, Londres, París, Múnich, Abu Dhabi y Dublín encabezan el ranking del Global Cities Outlook: son, por tanto, las ciudades que ofrecen mejores condiciones de desarrollo futuro.
El estudio de Kearney revela la existencia de claras divergencias en las trayectorias de las ciudades como consecuencia del coronavirus. Aquellas que estaban más conectadas globalmente fueron las primeras en ser golpeadas por la pandemia. Por el contrario, en las ciudades con menor conectividad global e interdependencia con otros países, el impacto fue menor. Sin embargo, Kearney apunta a que esta mejora relativa en las clasificaciones se debe sobre todo a un impacto retardado de la pandemia.
Además, añade el estudio, si bien las ciudades más globales fueron las más afectadas, también han mostrado su resiliencia y capacidad de adaptación. Y ahora están mejor posicionadas para la recuperación, gracias a su alto grado de conectividad.
El talento es un aspecto al que se atribuye una gran relevancia en cuanto a promoción y competitividad internacional de las ciudades. Para las empresas disponer de una concentración de talento en un espacio geográfico próximo, así como de todo el ecosistema relacionado (universidades, escuelas de negocio, centros de investigación), es un factor crítico a la hora de tomar la decisión de dónde establecerse.
La pandemia está provocando cambios importantes en lo que se refiere al talento, cambios que van a tener un impacto a largo plazo, como el ascenso del teletrabajo o el crecimiento de los llamados “nómadas digitales”: personas que trabajan de forma remota, en lugar de estar físicamente presentes en la sede u oficina de una empresa. El estilo de vida “nómada digital” ha sido posible gracias a una serie de innovaciones tecnológicas asociadas a Internet, y se ha visto favorecido con la pandemia, que ha impulsado a muchos trabajadores, con el fin de reducir el riesgo de contagio, a marcharse a zonas rurales o de menor urbanización.
En el índice de ciudades globales de Kearney, Madrid se sitúa en el puesto 19 y Barcelona en el 28. La evolución de los últimos años es negativa para ambas ciudades, tan importantes para los negocios y las relaciones bilaterales con América latina. Desde 2018, en que se situó en el puesto 13, Madrid ha ido retrocediendo año a año en el ranking. Por otro lado, en el índice que evalúa las condiciones cara al futuro (el Global Cities Outlook), empeora la valoración de Madrid y Barcelona, que no se encuentran entre las 30 primeras ciudades.
Por su parte, el Smart City Index define a una ciudad inteligente como “un entorno urbano que aplica la tecnología para mejorar los beneficios y reducir las deficiencias de la urbanización para sus ciudadanos”. El Smart City Index está basado en una encuesta entre unas 115.000 personas de 118 ciudades, encuesta en las que se pregunta sobre sanidad, movilidad, educación gobernanza, etcétera. En el ranking que resulta del estudio los primeros puestos corresponden a Singapur, Zúrich, Oslo y Taipéi.