La escritora española Almudena Grandes, autora de títulos como «Las edades de Lulú» y «Malena es un nombre de tango», falleció el sábado a los 61 años como consecuencia de un cáncer, enfermedad que había dado a conocer hace apenas unas semanas en su columna en el diario El País, de Madrid: «Revisión rutinaria, tumor maligno, buen pronóstico y a pelear», había escrito.
Nacida en el barrio de Chamartín, en Madrid, en 1960, Grandes fue una de las escritoras más relevantes de las últimas generaciones, Premio Nacional de Narrativa en 2018, y esposa del poeta Luis García Montero, director del Instituto Cervantes.
Su primer gran éxito fue «Las edades de Lulú», que publicó en 1989, y con «Malena es un nombre de tango» llegó su consagración como escritora, dos de sus obras llevadas al cine.
«Atlas de geografía humana» (1998), «Los aires difíciles» (2002), «Castillos de Cartón» (2004) o «El corazón helado» (2007) son títulos de otras grandes obras de Almudena Grandes, que gran apasionada del escritor español Benito Pérez Galdós, decidió en 2010 publicar «Inés y la alegría», el primer título de la serie «Episodios de una guerra interminable», que le valió numerosos premios y que finalmente no ha podido concluir.
El presidente del Gobierno español, el socialista Pedro Sánchez, publicó en Twitter que la literatura española pierde «a una de las escritoras referentes de nuestro tiempo».
«Comprometida y valiente, que ha narrado nuestra historia reciente desde una mirada progresista. Tu recuerdo, tu obra, siempre estará con nosotros, Almudena Grandes. Un abrazo a su familia y seres queridos», añadió Sánchez.
Comprometida con el feminismo y con la lucha política de izquierdas, la autora fue nombrada en 2020 doctora honoris causa por la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) en España. También recibió los premios Rosone d’Or de Italia al conjunto de su obra (1997) y el Premio Jean Monnet de Literatura Europea, en 2020, por Los pacientes del doctor García, entre muchos otros.
“Almudena Grandes era una mujer extraordinaria y tuve la suerte de ser amigo suyo durante muchos años. Se ha ido cuando no tocaba”, señaló Juan Cerezo, su editor, quien explicó que aunque no había escrito la última de las seis novelas que componían esta serie de sus “episodios”, en la pandemia se le cruzó otra historia que convirtió en lo que será una séptima novela.
Se trata de una novela ambientada “en un futuro próximo donde se dan ciertas condiciones políticas revelando una sociedad acomodaticia en la que se crea una resistencia a modo de la posguerra”, explicó el editor, que aseguró que la historia está llena de “personajes inolvidables”. Y la voluntad de Almudena Grandes era que se publicara esta historia, por lo que “los lectores la podrán leer el próximo año probablemente”, indicó.
“Mis lectores y lectoras, que me conocen bien, saben que son muy importantes para mí. Siempre que me preguntan por ellos respondo lo mismo, que son mi libertad, porque gracias a su apoyo puedo escribir los libros que quiero escribir yo, y no los que los demás esperan que escriba. También saben que la escritura es mi vida, y nunca lo ha sido tanto, ni tan intensamente como ahora. Durante todo este proceso he estado escribiendo una novela que me ha mantenido entera, y ha trazado un propósito para el futuro que me ha ayudado tanto como mi tratamiento. Ahora necesito devolverle todo lo que me ha dado, encerrarme con ella, mimarla, terminarla, corregirla. Por eso voy a seguir desaparecida una buena temporada, y no devolveré mensajes, no contestaré llamadas, no daré noticias. Imagino que muchas personas lo comprenderán. Supongo que otras quizás no lo hagan, pero confío en que respeten mi decisión. Hasta que vuelva, aunque sólo sea para mirar frente a frente el cielo de Madrid una vez más, antes de volver a esconderme”, escribió Grandes en la misma columna en la que contaba su enfermedad.
Cumplió con su legado al terminar esa novela para que sus lectores estén, durante su lectura, un poco menos huérfanos.