¿Cometió un delito?
Entre los primeros juicios importantes del 2022, se fijó con fecha del lunes 14 de febrero el que tendrá como imputado al histórico gremialista Rubén Daniele, conductor del sindicato de Empleados Municipales durante 32 años ininterrumpidos. El «Gringo» fue desde siempre muy carismático para convocar, arengar y contagiar con mensajes claros y ardientes a miles de municipales, protagonistas a través de los años y de las diferentes gestiones de tantos intendentes, de conflictos -a veces interminables- y que en la mayoría de los casos terminaron con logros laborales y salariales importantes.
Sin embargo, en el 2009, durante un conflicto con Daniel Giacomino, Daniele dijo: «Vayan preparando todas las cárceles de Córdoba, porque no les van a alcanzar para meternos a los 10.000 municipales». Por estos dichos, fue imputado por incitación a la violencia colectiva, por lo que arregló una probation y brindó clases de apoyo en un Ipem, como acto reparatorio.
Pero en el 2017, durante otra asamblea en medio de un conflicto con Ramón Javier Mestre, volvió a soltar su furia y dejó una advertencia dura contra el jefe comunal. «Este intento de pisotear nuestra dignidad…, le prometo señor intendente que lo va a pagar muy caro. O lo están haciendo a propósito, o vamos a hacer tronar el escarmiento, carajo». La consecuencia de estas manifestaciones fue una nueva imputación por el mismo delito, que de acuerdo al artículo 212 del Código Penal, prevé una pena de entre tres y seis años de prisión. Habida cuenta de que por el primer hecho ya se acogió a la probation, algo que no puede repetir, ahora deberá sentarse sí o sí en el banquillo de los acusados de la Cámara Sexta del Crimen.
Sin dudas, la vieja discusión sobre la criminalización de la protesta gremial se hará presente en el juicio. Pero, además, las expresiones de Daniele se dieron en un contexto de asamblea, desde la explanada de Cañada y Caseros. Por ello, la pregunta central será: Daniele… ¿cometió un delito?
¿Quién es el dañino?
Supuestamente el periodismo tiene como misión fundamental ayudar a que la gente vea con mayor claridad la realidad y, por lo tanto, cuando la información es falsa, lejos de contribuir a la lucidez, lo hace en favor del embobamiento.
A finales del 2016, más de 10.000 cordobeses marcharon por el centro de la ciudad en defensa del bosque nativo y en contra de los desmontes. En esa manifestación participaron referentes sociales y culturales como Raly Barrionuevo y Doña Jovita, entre otros. Para cronicar esa noticia, Andrés Carpio de Cadena Tres, dijo que quienes se movilizaban eran «300 personas, que perturbaban el orden público y que marchaban por nada, entre otros conceptos», propios de una bajada de línea desvalorizante y desajustada con los hechos reales. Ante semejantes expresiones, el actor José Luis Serrano, quien personifica a Jovita, salió al cruce de esa desinformación y lo trato a Carpio de «terrorista y embustero».
El comunicador demandó civilmente a Serrano por «daño moral» y la jueza Raquel Villagra no solo desestimó la presentación, sino que hizo una especial mención a lo que representa la libertad de expresión y la responsabilidad de los periodistas a la hora de contar sobre la verdad de los hechos. Curiosamente, tiempo después, la Cámara Civil y Comercial de Primera Nominación y por mayoría, revirtió el fallo y le dio la razón al demandante, aunque reduciendo la petición de un resarcimiento de 300.000 $ a 46.000$. La apelación de Serrano fue desestimada, pero ahora deberá ser revisada por orden del Superior Tribunal de Justicia.
Más allá del resultado final de esta contienda judicial, que incluso tal vez llegue a la mismísima Corte Suprema, resulta inadmisible que «periodistas y operadores» tengan licencia libre para decir lo que sea en nombre de la libertad de prensa. Lo ocurrido es un episodio más en estos años revueltos en los que muchas veces la mentira termina siendo la verdad. Dicho de otro modo: cuando un periodista miente intencional y deliberadamente… ¿quién es el dañino?