El crítico informe del Fondo Monetario Internacional (FMI) sobre la gestión económica del crédito otorgado al gobierno de Mauricio Macri repercutió fuerte en Argentina, que se encuentra en plenas negociaciones por la reestructuración de la deuda por 44.000 millones de dólares que aquella administración adquirió con el organismo internacional en 2018 (originalmente por 57.100 millones de dólares).
Ocurre que la investigación interna del Directorio del FMI sobre el préstamo stand by sellado por la gestión de Christine Lagarde resultó contundente. Por un lado, señaló que “el programa fue frágil desde el principio”, subrayó que “el FMI se rindió a los supuestos de crecimiento de las autoridades” argentinas e incluso sugirió que el crédito se destinó a la “fuga de capitales”.
“A pesar de la clara comprensión de las experiencias anteriores, y en ausencia de alternativas de política (reconfiguración de la deuda y MFC), el programa terminó con una postura de política procíclica, posiblemente empeorando la fuga de capitales en lugar de impulsar la confianza”, señaló el directorio del FMI en su evaluación del crédito otorgado al gobierno de Macri. También afirmó que la reforma tributaria que instrumentó la administración de Cambiemos “redujo significativamente la progresividad del sistema tributario y socavó su capacidad de recaudación”.
Si bien consideró que “la reforma tributaria (…) tenía como objetivo mejorar el saldo primario”, subrayó que “esto no sucedió y, en cambio, provocó una mayor subfinanciación, lo que incidió en la necesidad de reducir aún más el gasto público”. Para colmo, “el aumento de los reembolsos, junto con la fuga de capitales de los residentes, ejerció una presión considerable sobre el tipo de cambio”, completó el organismo, que consideró que “el problema fundamental fue la falta de confianza en la sostenibilidad fiscal y externa” de la gestión de Cambiemos.
“Teniendo en cuenta quien lo hace, el informe fue lapidario, pero es algo que ya sabíamos. Nosotros se lo contamos al Fondo y el Fondo debió admitir lo que nosotros decíamos”, señaló el presidente Alberto Fernández al comentar la noticia, a la vez que destacó que “la única traducción posible de ‘capital flight’ (concepto central del informe) es fuga de capitales”. “No hay una interpretación alternativa: más allá de los sofismas opositores, el FMI admite que hubo en el período 2018/19 ‘capital flight’, sea o no bajo procedimientos habilitados”, enfatizó el mandatario.
Por su parte, el ministro de Economía, Martín Guzmán, sostuvo que el FMI reconoció que el dinero prestado “se utilizó para pagar deuda que era insostenible a acreedores privados, que habían entrado a hacer una apuesta en 2016, y para financiar la formación de activos externos”. “Fue un préstamo realmente absurdo el que tomó el gobierno de Juntos por el Cambio, que no se utilizó para nada bueno. Va a costar mucho tiempo resolver el daño que JxC hizo a la Argentina. Va a llevar más de una década”, agregó Guzmán, que consideró que “se gobernó para los mercados, no para la gente”.
Dujovne y Sandleris responden las críticas
El ex ministro de Hacienda Nicolás Dujovne salió a matizar las críticas que le propinó el FMI a la gestión de Mauricio Macri.
“El acuerdo se dio en una situación de excepcionalidad debido a la sequía, la suba de tasas en EE.UU. y al elevado déficit heredado”, afirmó Dujovne, quien añadió que “llama la atención que el actual Gobierno ahora sí tome como propia la visión del FMI sobre el programa de 2018, pero no haya podido alcanzar consensos básicos como para firmar un acuerdo en más de dos años de gestión”.
Por su parte, el ex titular del BCRA, Guido Sandleris, consideró que “un problema” del informe es “analizar todo con el diario del lunes”. “Hay que evaluar también las decisiones con la información disponible al momento de tomarlas. Con el diario del lunes, por ejemplo, tendríamos que haber comprado bitcoins con las reservas y listo”, concluyó.