Un nuevo foco de incendio forestal azotaba ferozmente en la provincia de Corrientes y autoridades temían por su rápida expansión hacía zonas residenciales. El nuevo foco se desató el sábado último cerca de la localidad de Santa Ana, a 15 kilómetro de la capital correntina. A raíz del fuerte viento, las llamas se propagaron rápido y las autoridades permanecían atentas a su recorrido ya que se encontraba próximo a viviendas de aquella localidad.
En este marco, el Gobierno de Corriente ya decretó la emergencia por los incendios forestales y rurales que ya arrasaron con más de 6.000 hectáreas en diferentes puntos de la provincia. En esta línea, el gobernador Gustavo Valdez había detallado que el fuego está afectaba “en simultáneo a diferentes puntos de Corrientes” y que por ello se “requiere acciones coordinadas de manera tal que se brinden respuestas eficientes e inmediatas”.
Por su parte, otro foco ígneo cerca de la localidad de Mercedes afectó vegetación y fauna que habita en la Reserva del Iberá. En un escenario apocalíptico, miles de animales murieron y cientos quedaron heridos. Samuel Rozas, integrante de la Sociedad Rural local, declaró: “Las pérdidas son impresionantes y shockeantes. No podemos dar números de hectáreas perdidas por la magnitud y porque el fuego no para hace 15 días” y adelantó que será difícil que los animales sobrevivientes puedan alimentarse del pasto de la zona.
Asimismo, según el último reporte Servicio Nacional de Manejo del Fuego, también se encontraban “activas” las llamas en las localidades de La Cruz y Caá Catí, en donde se desplegó un operativo con 4 brigadistas. En La Cruz el fuego destruyó una plantación de pino de más de 2.000 hectáreas y se encontraban en peligro otras 4.000 hectáreas más de forestación.