Muchas veces, tenemos la sensación de conocer a la perfección nuestra cocina y los electrodomésticos que tenemos en ella y utilizamos cada día. Pero la verdad es que muchas veces el día a día nos demuestra que no utilizamos todo lo bien que deberíamos algunos aparatos y que podríamos sacar mayor partido de ello.
Uno de esos electrodomésticos con el que solemos cometer errores es el congelador o también llamado “freezer”, un aparato que debido al actual ritmo de la sociedad se ha vuelto indispensable en nuestros hogares.
No son muchas las personas que disponen del tiempo suficiente para comprar productos frescos todas las mañanas y preparar la comida cada día. Por ello, el congelador se vuelve nuestro gran aliado a la hora de prolongar la vida de los alimentos o los platos ya cocinados.
A pesar de ello, que hoy en día sea una herramienta muy utilizada no significa que la empleemos de manera adecuada. De hecho, se siguen cometiendo varios errores que nos impiden disfrutar de los alimentos en las mejores condiciones. A continuación, te mostramos algunos de ellos y ofrecemos algunas alternativas o correcciones:
- Los congelados no son eternos
Uno de los errores que mucha gente comete es pensar que los productos que congelamos duran para siempre. Nada más lejos de la realidad, los alimentos no aguantan en buen estado años y, aunque se prolonga, también tienen una fecha de caducidad. Con el paso del tiempo, su textura y sabor se ven afectados, por lo que es mejor calcular bien la cantidad que congelamos para que no permanezcan demasiado tiempo en el congelador.
- Congelar demasiado tarde
Otro de los errores más comunes es el de no congelar los productos lo más frescos posible. Como muchas veces compramos una gran cantidad de ellos pensando en congelarlos, no siempre nos apetece ponernos manos a la obra al llegar a casa para separar raciones y envasarlas. Cuanto más tiempo pasen fuera, incluso en la nevera, más propiedades pueden perder. En el caso de los alimentos ultracongelados es recomendable incluso utilizar bolsas aislantes en el camino de la tienda a casa.
- Temperatura del congelador
Es importante mantener la temperatura adecuada a la que tiene que estar el congelador, que según la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) no debe ser superior a los -18 ºC y la del frigorífico es recomendable que se encuentre entre los 5 y 8 ºC para la mayoría de alimentos. Aunque las carnes y pescados deben mantenerse entre 1 y 4 ºC.
- Descongelar a temperatura ambiente
Una de las acciones erróneas más comunes es la de retirar los alimentos del congelador para que se vayan descongelando a temperatura ambiente. Esto conlleva que los microorganismos se vayan despertando y se encuentren una cantidad enorme de agua y nutrientes, el caldo de cultivo perfecto para que se desarrollen. Cualquier alimento que descongelemos es más vulnerable que los frescos a la acción de estos microorganismos.
Por ello, es importante seguir las instrucciones que marca el fabricante y si es un producto fresco en el que no tenemos esas recomendaciones es preferible que los alimentos se vayan descongelando poco a poco en el frigorífico.
- Congelar comida caliente
El ritmo acelerado de vida que llevamos hoy en día nos puede llevar a meter en el congelador platos recién cocinados, sin dejar el tiempo suficiente a que se enfríen.
Si adquirimos ese mal hábito, estaremos forzando al aparato a realizar un esfuerzo mayor para mantener la temperatura, con lo que aumentará su consumo de electricidad, haciendo que nuestra factura de la luz sea aún más dolorosa. Además, esa fuente de calor podría causar una descongelación parcial de los productos que ya estaban congelados.
- Recongelar alimentos
En Europa, la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición recomendó a su población no volver a congelar un producto que ha sido descongelado. Si ha pasado muy poco tiempo fuera del congelador y no ha avanzado el proceso de descongelación, sí podemos volver a meterlo. La otra opción para evitar desperdicios es cocinar ese producto y congelarlo posteriormente.
- El congelador no mata todas las bacterias
Aunque, es cierto que el congelador logra detener la proliferación de bacterias, no es capaz de acabar con ellas. Excepto en el caso de bacterias como el anisakis, que sí mueren si están el tiempo suficiente y con el frío adecuado. Lo que sí es más efectivo para acabar con las bacterias, generalmente, es el calor. Por ello, es aconsejable siempre calentar bien los alimentos.
- Congelarlo todo
El congelador nos aporta comodidad con carnes o platos cocinados, entre otros alimentos, pero resulta más discutible utilizarlo para frutas y algunas verduras. Al contener una gran cantidad de agua, en el proceso de congelación de estos alimentos se generan cristales de hielo que rompen sus células y modifican su aspecto. Igualmente, no debemos introducir bebidas, ya que al convertirse en hielo pueden hacer estallar el envase.
- Cualquier recipiente no es apto
Debemos tener en cuenta que no todos los recipientes son recomendables para el congelador. Los más recomendables son los de vidrio, las bolsas homologadas o el film transparente. Se desaconseja emplear papel de aluminio.
Otra de las cosas que hay que considerar es el tamaño de estos recipientes, pues deben ajustarse al tamaño de los alimentos y es preferible que sean herméticos y no sobrecargarlos ni dejarlos medio vacíos.
- No todos los productos son iguales
Por último, cabe destacar que no todos los alimentos que introducimos en el congelador tienen las mismas necesidades. Algunos necesitan más frío y son menos resistentes, por ejemplo, el pescado, que es muy sensible y debe ser consumido cuanto antes.