El presidente de Francia, Emmanuel Macron, y el de Rusia, Vladimir Putin, mantuvieron ayer una reunión en Moscú para trabajar en la salida diplomática al conflicto en la frontera ruso-ucraniana, aunque sin avances concretos. Mientras que, Estados Unidos y la Unión Europea (UE) criticaron a Rusia por usar la política energética ante las tensiones actuales.
Macron, es el primer líder occidental de alto perfil que se reúne con el presidente ruso desde el aumento de las tensiones en diciembre último. Tras la reunión, consideró que esta conversación “puede iniciar una desescalada, a donde queremos ir” y agregó querer “empezar a construir una respuesta útil de manera colectiva para Rusia y para todo el resto de Europa” con el objetivo de “evitar la guerra”.
Por su parte, Putin agradeció los esfuerzos de Francia para “resolver el tema de la seguridad en Europa”. Sin embargo, la reunión no contó más que con declaraciones y no se anunció ningún avance, algo que habían anticipado un día antes desde el Kremlin.
En paralelo, el secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, y el alto representante de la UE para la Política Exterior, Josep Borrel se reunieron en Washington para analizar estrategias de abastecimiento energético.
En este marco, Blinken subrayó que “Rusia ha intentado aumentar su ventaja energética” reduciendo el envío de gas a la UE, y Borrel alertó que la ex Urss utiliza la energía como “un arma para beneficios geopolíticos”. Horas más tarde, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, junto a su homólogo alemán, Olaf Scholz, le advirtieron al Kremlin que el gasoducto ruso hacia Alemania no se activará si Rusia cruza la frontera con Ucrania.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, junto a su homólogo alemán, Olaf Scholz.