La Organización de las Naciones Unidas (ONU) alertó que la temperatura media de la Tierra podría ascender 3,2 grados a lo largo del siglo XXI aunque los países cumplan los compromisos de reducción de emisiones presentes en el Acuerdo de París que se aprobó en 2015. Dicho consenso fue impulsado por las Naciones Unidas para reducir la dispersión del efecto invernadero de todos los países y así frenar el calentamiento global.
El objetivo es mantener el aumento de la temperatura mundial por debajo de los dos grados centígrados, es decir, por encima de los niveles preindustriales y proseguir mediante políticas, para que la temperatura alcance los 1,5 grados centígrados.
El Programa de la ONU para el Medio Ambiente se encargó de lanzar la advertencia en su informe anual sobre la brecha de emisiones. El mismo pretende comparar las reducciones reales con las que necesita la lucha contra el calentamiento global. En esta misma línea, la investigación sostuvo que las emisiones globales deben reducirse un 7,6% cada año entre 2020 y 2030 para no superar los 1,5 grados durante este siglo. En tanto, la ONU remarcó que las promesas de disminución de emisiones de la comunidad internacional deben ser cinco veces más ambiciosas que las actuales.
António Guterres, Secretario General de las Naciones Unidas, expresó al respecto: “Durante diez años, el Informe de Brecha de Emisiones ha estado dando la voz de alarma, y durante diez años, el mundo solo ha aumentado sus emisiones”. Y añadió: “No prestar atención a estas advertencias significa que continuaremos sufriendo contaminación, olas de calor y tormentas mortales y catastróficas”. El estudio develó además que en la última década las emisiones de dióxido de carbono y otros gases aumentaron un 1,5% anual y en 2018, alcanzaron un récord histórico de 55,3 gigatoneladas de equivalente a CO2.
Sin embargo, este fenómeno deberá reducirse para el año 2030. Las emisiones anuales deberán alcanzar las 15 gigatoneladas de CO2 para que la temperatura media global no llegue a los dos grados centígrados.
Por su parte, desde la ONU remarcaron que el próximo año será clave para que los territorios incrementen sus promesas de reducción. Cabe aclarar que los países desarrollados deberán restringir sus emisiones más rápido que los países en desarrollo por motivos de equidad e igualdad.