El anuncio de Pablo Iglesias de renunciar a la vicepresidencia del gobierno de España para disputar las elecciones en la Comunidad de Madrid tomó por sorpresa a propios y a extraños. La decisión del dirigente de Unidas Podemos ya habría sido hablada y consensuada con el presidente Pedro Sánchez con anterioridad al anuncio. El plan de Iglesias es lograr la unidad de la izquierda para ganarle los comicios (del próximo 4 de mayo) a la actual presidenta de la Comunidad Autónoma donde se ubica la capital del Reino, Isabel Díaz Ayuso.
Díaz Ayuso, figura estelar del Partido Popular, iría unida con la formación de extrema derecha Vox, lo que preocupa particularmente a los sectores democráticos en general, y progresistas en particular.
Se tratará de una de las elecciones regionales más polarizadas de la historia reciente del país. Iglesias cree que sólo con su movimiento podrá evitar que los ultras lleven adelante un asalto a Madrid”: Un militante debe estar ahí donde es más útil, tened por seguro que voy a poner toda mi experiencia, todo mi corazón y la fuerza de mi organización para construir una candidatura fuerte y amplia de izquierdas”.
A pesar de que, inclusive dentro del mismo PP, hay sectores que rechazan la unidad con la ultraderecha, Ayuso ya ha declarado anteriormente que se encuentra al lado de Vox, no en frente”. Por ello, es particularmente objetada por la izquierda española, que ve en ella a alguien que puede dotar de representatividad institucional y de gestión concreta a los partidos extremistas, por ahora, sólo en el Poder Legislativo. Cercana a la línea dura del ex presidente José María Aznar, y a pesar de provenir de los sectores más tradicionalistas, Ayuso fue radicalizando sus posturas en los últimos años. En febrero del año pasado afirmó que las leyes LGBTIQ+ de la Comunidad de Madrid, las cuáles ella había votado a favor y que habían sido aprobadas por su predecesora en el cargo (también del PP) son consecuencias de la progresía tirana”, y que habría que derogarla”.
La renuncia del ya ex vicepresidente Pablo Iglesias sucede en un contexto de cisma político entre distintos partidos de derecha, como el PP o Ciudadanos, pero también entre la izquierda. Por ahora, nada parece indicar que Iglesias logre el tan ansiado apoyo de su ex aliado (y estrecho amigo) Iñigo Errejón, líder de Más Madrid. El también ex dirigente de Podemos rechazó de manera tajante la propuesta de Iglesias para construir un frente conjunto con el objetivo de derrotar a la derecha. El líder de Izquierda Unida, y actualmente ministro de Consumo del gobierno de Sánchez, Alberto Garzón, calificó la decisión de Errejón como error notable”. La candidata de Más Madrid será Mónica García, quién, en línea con su jefe de partido, se negó contundentemente al armado de una coalición con Iglesias. La disgregación de las fuerzas de izquierda sólo beneficiaría a Ayuso, en una elección que se prevé sea voto a voto.
Sánchez se encontraba en Francia, reunido con su par Emmanuel Macron, cuando se produjo el anuncio. Allí aseguró que habrá continuidad”, y que respetará los acuerdos de coalición”. Por lo que la unidad del Gobierno no se puso en duda en ningún momento: Iglesias abandonará oficialmente el Ejecutivo en las próximas semanas, más precisamente el 30 de abril. Por lo pronto, ya ha dejado designada a su sucesora en el cargo, consensuada con Sánchez. Será Yolanda Díaz, a quien, además, ha propuesto como la próxima líder de Unidas Podemos.
Días, actual ministra de Trabajo, es la gran esperanza para reflotar al partido de izquierda y dotarlo nuevamente de volumen político. Iglesias también es ministro de Derechos Sociales y Agenda 2030, cargo en el cuál será relevado por otra compañera de su partido: Ione Belarra. La decisión del líder de Unidas Podemos es renovar el partido con mayor presencia femenina en las primeras filas.
Iglesias, en una decisión con pocos precedentes recientes, eligió abandonar la comodidad de la vicepresidencia para bajar al barro de la política electoral. Lo hace en un clima político tan complejo como enrarecido, donde la actual presidenta de la Comunidad de Madrid plantea la elección como una dicotomía entre comunismo y libertad”. Para que su arriesgada jugada política tenga buenos resultados deberá primero unificar a toda la izquierda de la capital, un electorado tradicionalmente conservador.
España se encuentra en una encrucijada donde la extrema derecha parece estar más fuerte que nunca. Las elecciones de la Comunidad de Madrid serán claves para determinar si, efectivamente, se consolida. Pablo iglesias parece dispuesto a abandonar el poder, si ese es el precio de jugarse por la historia.