¿Puede ser posible que la República Popular China se encuentre al borde de una mega crisis financiera e inmobiliaria al nivel de lo que fue la quiebra de Lehman Brothers de 2008 en los EEUU? Por ahora, todo indica que el Estado intervendrá para evitarlo. Sin embargo, algo parece estar por cambiar en el seno de la economía china. La deuda de los promotores chinos ya ronda los cuatro billones y medio de euros, por lo que no son pocos los analistas que pronostican una recesión severa y prolongada”. La preocupación en la comunidad internacional es notable, ya que una desaceleración económica en China afectaría al resto del planeta. El gigante asiático es el principal importador de materias primas del mundo, mientras que su Producto Bruto Interno (PBI) representa cerca del 18% del total de la economía global. Al mismo tiempo, es el mayor tenedor de bonos del tesoro de los EEUU, en un contexto donde hay expectativa por las decisiones de la Reserva Federal respecto de los estímulos fiscales para mitigar los efectos de la pandemia, y, aunque es un escenario improbable, Washington podrí entrar en default.
El Lehman chino” podría ser la gigante inmobiliaria Evergrande. La empresa tiene que afrontar el pago de cupones que vencen a finales de este año en una cifra que llega a los 669 millones de dólares. A su vez, cuenta con pasivos de 250.000 millones de dólares, los cuales no puede pagar por sí misma. Las autoridades del Partido Comunista Chino no dejarán caer a la empresa, ya que, en caso de suceder, podría arrastrar al resto de la economía del país. El sector inmobiliario en China es el mayor contribuyente del PBI, con 12,3%. A su vez, aportó en 2020 el 24% del total de los ingresos fiscales. Debido a la crisis que está atravesando Evergrande, la desaceleración del sector podría afectar hasta 4,5% del PBI de cara al segundo semestre de este año. Más allá que la empresa sea rescatada, se corre el peligro que se genere una especie de efecto dominó en el futuro, donde más entidades del sector caigan en cesación de pagos, y esto haga que sea cada vez más complejo de sostener para las autoridades gubernamentales.
Se estima que la deuda total de Evergrande en realidad asciende a los 306.300 millones de dólares, o a 1,97 billones de yuanes. Es decir, lo que adeuda el conglomerado representaría cerca del 2% del total del PBI del país. El retraso en los pagos de tal deuda podría causar un efecto en cadena de incumplimientos cruzados. Sucede que muchas entidades financieras están ligadas a Evergrande a través de préstamos directos o participaciones indirectas. Además, empresas multinacionales como BlackRock, Allianz o Ashmore se cuentan entre los inversores de la inmobiliaria china, por lo que un incumplimiento de pagos causaría un fuerte efecto en los mercados bursátiles de todo el mundo. Además, prácticamente todas las empresas inmobiliarias chinas se encuentran ligadas a Evergrande en mayor o en menor medida. Al mismo tiempo, impactaría lo que tiene que ver con el mercado laboral chino. La empresa tiene 200.000 empleados, mientras que contrata cerca de 4 millones por año.
Esto sucede en un contexto donde las autoridades del gobierno chino se encuentran intentando regular el mercado inmobiliario. Debido, justamente, a lo que representa para el PBI del país, el PCCh estudia cómo llevar adelante una reforma exitosa del sector. Por ello, distintos sectores del Partido y el gobierno se debaten entre ofrecer un plan de rescate y restructuración a Evergrande o aprovechar la situación para avanzar en sus planes de regulación del sector. Por ahora, ningún representante del Gobierno ha hablado públicamente sobre qué hacer con la empresa.
Hay nerviosismo en el sector financiero internacional. Representantes de Goldman Sachs y de Citigroup han pedido que haya pronunciamientos oficiales para traer estabilidad”, y evitar probables graves efectos secundarios” de lo que podría suceder si finalmente Evergrande no restructura su deuda ni hace frente a los vencimientos de pagos adeudados.
Por ahora, la probabilidad de que se desate una crisis económica mundial como la sucedida en 2008 no es extremadamente alta. No obstante, la posibilidad sí existe, y sus consecuencias podrían ser imprevisibles. El pasado lunes, las principales bolsas del mundo se desplomaron, en lo que se conoció como un nuevo lunes negro”. Si bien ya hubo un efecto rebote”, debido a la confianza en el rescate del gobierno chino al gigante inmobiliario, el temor de que se repita el catastrófico escenario económico de 2008 continua latente. Todos indican que Evergrande es demasiado grande para caer”; el gobierno chino deberá decidir si deja caerá a la empresa, asumiendo las grandes consecuencias que se producirían, con el objetivo de ejemplificar al resto del sector, o rescatarla y enviar una señal de debilidad de cara al futuro.
Lo que está sucediendo en China va más allá del sector inmobiliario, pero, al igual que lo que pasó en 2008 en EEUU, afectará de alguna u otra manera al resto de la comunidad internacional.