Sin dudas la última dictadura genocida fue la etapa más siniestra de la historia argentina, con profundas secuelas en todos los ámbitos, y que a 41 años de la Democracia recuperaba, todavía se hacen sentir, en algunos casos de manera casi idéntica a lo que los asesinos llamaban proceso de reorganización nacional.
Ahora bien, los grupos de tareas integrados por militares, policías, gendarmes y civiles no pudiesen haber cometido tantas atrocidades sin cómplices empresariales, eclesiásticos, periodísticos y judiciales que les garantizaron impunidad y bandera blanca para proceder.
El indulto y la consecuente demora en el inicio de los juicios permitió que muchos culpables ni siquiera fueran investigados, por eso hubo pocas condenas a civiles y funcionarios judiciales. En Córdoba, en el año 2017 se logró hacer el juicio de la Causa de los Magistrados, la cual concluyó con las condenas de tres años de prisión para el ex juez Miguel Puga y para el ex fiscal Antonio Cornejo.
Sin embargo, los jueces del tribunal, Falcucci, Quiroga Uriburu y Gallino absolvieron al ex secretario del fallecido juez Zamboni Ledesma, Carlos Otero Álvarez, para quien los fiscales habían pedido siete años de cárcel. Según Casación Penal, este imputado no era un simple fedatario sino que era testigo de las arbitrariedades, y sin embargo no cumplió con sus deberes de funcionario y abusó de su autoridad. Recordemos que Otero Álvarez fue uno de los jueces del TOF 1, que en el año 2008 llevaron adelante el primer juicio al Terrorismo de Estado en Córdoba que finalizó con ocho condenas, entre ellas la primera perpetua para el genocida Luciano Benjamín Menéndez.
Por tal motivo, esta mañana y en el Tribunal Federal Dos, integrado por los jueces Zapiola del TOF 3, Martínez de La Rioja y Escobar Cello de Santa Fe, comenzará el segundo juicio a Otero Álvarez. Los fiscales serán Gonella y Trotta y las abogadas Chalup y Gentile serán las querellantes. Es posible que, finalmente, Otero Álvarez resulte condenado. Así, aunque parezca una burla, para las víctimas la justicia siempre será importante, por más que llegue 48 años después.