El robo de celulares durante recitales y bailes en diferentes lugares y predios de nuestra ciudad, ha crecido exponencialmente, tanto como los arrebatos callejeros. Los ejemplos sobran y sorprenden como el joven detenido durante el Cosquín Rock con 23 aparatos robados, escondidos en una mochila; o de otros nóveles ladrones con 10 teléfonos tras un recital en la Plaza de la Música. De hecho, muchas víctimas aseguran ni haberse percatado del momento en que se produjeron los manotazos, incluso quienes usaban riñoneras ajustadas al cuerpo.
Hace algunos días, en medio de una concurridísima presentación del DJ Cattáneo en el Complejo Forja detuvieron a dos mujeres y a un sujeto de alrededor de 25 años con 40 celulares que hábilmente habían robado durante la fiesta. Los policías los identificaron gracias a las cámaras internas. Así fueron detenidos a la salida del lugar, cuando se iban muy satisfechos por el botín conseguido. Los testigos dicen que ambas mujeres tenían blazers largos de cuero y con un montón de bolsillos internos, en los que guardaban los aparatos.
Aparentemente el sujeto robaba y las mujeres los escondían. Los tres muy bien vestidos y con muy buenas apariencias. Cuando fueron trasladados a Tribunales II, imputados por los robos, un empleado de la fiscalía interviniente dijo: «si los ves sin saber que fueron ellos no lo podes creer». En este caso, los damnificados, la mayoría de Córdoba y Buenos Aires, pudieron recuperar sus celulares al día siguiente en la Policía Judicial. Sin embargo, desde la propia fuerza admiten que estos ladrones ya no improvisan ni van a voleo como antes, ahora están mejor organizados y cuidan la facha.