Pasaron ya más de seis meses del siniestro vial protagonizado por el legislador Oscar González en el camino de las Altas Cumbres y en el que murió la docente Alejandra Bengoa y sufrieron gravísimas heridas su hija Marina y su amiga Alexa. La fiscal de Villa Cura Brochero Analía Gallarato lleva adelante la investigación y aguarda el final de la pericia mecánica que será una prueba científica fundamental para esclarecer cómo ocurrió el hecho y la secuencia en la circulación de los dos vehículos que chocaron y el lugar exacto en el que impactaron.
Siendo el imputado un político tan influyente como González, las suspicacias se mantienen intactas más allá de las explicaciones que la fiscal ha dado a los familiares de las víctimas, no así a los medios de comunicación, pese a los múltiples intentos por hablar con ella y que la sociedad tenga la chance de escucharla. Justamente, fue Gallarato quien se opuso a aceptar a la Agencia Nacional de Seguridad Vial como «amicus curiae», esto es, como participante observador y con opinión pero sin voto de la instrucción de la causa. Sin embargo, el juez de control José Estigarribia aceptó la intervención del organismo nacional, pero rápidamente la Cámara de Crimen de Cruz del Eje revocó esa decisión. Así se logró impedir que la agencia más competente en la materia del país pueda acompañar esta investigación.
Los argumentos de Estigarribia se asentaban en el interés público y social y las cuestiones institucionales que están en juego. Señalaba además que el siniestro sucedió en una ruta provincial de un lugar muy turístico en el que circulan cientos de personas y vehículos todos los días, y con el valioso aporte técnico que podría hacer este organismo estatal especializado. Dicho de otro modo, el juez de control se basó en el sentido común de hacer el máximo esfuerzo para que la transparencia en el proceso sea la mejor posible, y a sabiendas que como bien expresa la sabiduría popular, «cuatro ojos siempre ven más que dos». Lamentablemente no todos piensan lo mismo; para algunos, y aunque el imputado sea Oscar González, mejor que no haya tanta luz.