En la Cámara Once del Crimen se desarrollan las instancias finales del segundo juicio al policía Mariano Martínez, acusado de haber baleado por la espalda y provocado la muerte del joven Damián Pérez, que ocurrió ocho años después de resultar herido y gravemente lesionado en la médula espinal, ya que el disparo le ingresó por la espalda. Se trata de un caso sin antecedentes por sus características y por el tiempo que transcurrió entre el hecho sucedido en barrio Bella Vista el 12 de julio de 2014, y el fallecimiento de la víctima el 8 de marzo de 2022.
El suceso en sí mismo aconteció cuando un móvil policial intento detener a Pérez, a un hermano y a un amigo. Damián aparentemente se asustó y salió corriendo perseguido por Martínez, quien le disparó impactándolo en la espalda y dejándolo parapléjico, sin sensibilidad de la cintura para abajo. Pero además, y a veinte metros de donde estaba Pérez, «encontraron» un arma, que según la presunción del fiscal Marcelo Sicardi, habría sido plantada, como ocurrió en innumerables casos de gatillo fácil.
En este juicio con jurados populares ya fue presentada una impecable reconstrucción virtual y la pericia médica que confirma el nexo de causalidad y las secuelas anestésicas y motoras dejadas por el proyectil, con degradaciones orgánicas progresivas que finalmente derivaron en el fallecimiento de Pérez. Desde este punto de vista y a la luz de la prueba científica, el fiscal podría pedir la condena de prisión perpetua por homicidio calificado. Recordemos, que este policía fue juzgado en el año 2019 por esta misma acusación e increíblemente absuelto por el ex juez Ferrer Vieyra. Sin embargo, el Tribunal Superior de Justicia resolvió realizar un nuevo juicio en el que los jurados populares tendrán un protagonismo fundamental a la hora de votar sobre la participación del policía y el delito que habría cometido. Por ahora, y sólo para referenciarlo mediáticamente nos preguntamos: ¿estamos frente a otro caso Blas?