¿Otro caso Spedale?
El 8 de enero de 2005 alrededor de diez jóvenes mataron a golpes a Marcos Spedale, quien sólo tenía 16 años. Ocurrió en avenida Rafael Núñez al 4700 y este bestial crimen no sólo cargó una cruz insuperable para la familia de Marcos sino que quedó grabado a fuego en la memoria colectiva de los cordobeses. Más acá en el tiempo, algo parecido ocurrió en Villa Gesell con Fernando Baéz Sosa, entre otros casos similares.
Hace algunos días, el Superior Tribunal de Justicia rechazó el pedido de probation para uno de los jóvenes acusados de matar en un ataque pandillero a Nelson Bustos. Fue durante la madrugada del 30 de agosto de 2015, en calle Las Heras al 36. Según la investigación Jorge Bernis, Franco Quipildor, Jonathan González, Matías Corzo y Jeremías Benavídez, munidos de piedras y botellas de vidrio atacaron a Marcos Márquez, Alejandro Reyna y Nelson Ariel Bustos. La agresión fue con golpes de puños, patadas y botellazos mientras las víctimas se defendían como podían en clara inferioridad numérica, más aún cuando los lesionados Reyna y Márquez pudieron escapar, quedando Bustos en soledad y a merced de los enfurecidos vándalos que lo tiraron al piso para seguir castigándolo. Bustos quedó inconsciente y los acusados aprovecharon para robarle la billetera.
El joven sufrió heridas con hematomas en la cara, brazos y piernas, pero fue un fuerte golpe en la zona temporo-occipital de la cabeza lo que le provocó una insuficiencia cardíaca fatal.
La acusación por ahora es la de Homicidio Preterintencional (o sea una muerte no buscada y accidental), que tiene una pena máxima de 3 años de prisión o de reclusión hasta 6 años. Sin embargo, cuando se haga el juicio en la Cámara Tercera la querella pedirá el agravamiento de la acusación a Homicidio Simple, ya que entienden que a Nelson Bustos lo mataron intencionalmente. En este caso, la condena eventual podría ir desde 8 a 25 años de cárcel.
El juicio no tiene aún fecha de inicio pero, sin dudas, cuando comience será bajo el paraguas de una pregunta inevitable: el asesinato de Nelson Bustos ¿es otro caso Spedale?
Maldito colchón
¿Cómo puede ser que un padre tenga tanta saña impulsiva y descontrolada hacia su propia familia? En los Tribunales de Río Cuarto condenarán a prisión perpetua a Pablo Ariel Bazán, de 31 años y protagonista de una locura increíble.
En la madrugada del 11 de diciembre de 2020 discutió con su mujer y madre de sus tres hijas. En medio de la refriega, le prendió fuego a un colchón y obstruyó la puerta de ingreso a la vivienda que habitaban. En el interior quedaban una bebita de 18 meses a quien la madre pudo rescatar, pero no pudo hacer lo mismo con la otra pequeña de sólo 3 años, quien lamentablemente falleció.
Bazán mató a su propia hijita para hacer sufrir a su pareja. Por ello, la imputación es la de Homicidio Calificado por el Vínculo y Transversal, que contempla la máxima condena como la única posible. El hecho tan conmovedor, se confirmó cuando los bomberos ingresaron a la precaria casa y encontraron el cuerpito calcinado de la niña, Los peritos forenses confirmaron que inicialmente la inhalación de monóxido de carbono fue la causa eficiente del deceso.
La crueldad muchas veces no tiene límites y la capacidad de asombro se desborda brutalmente frente a siniestros intencionales como el provocado por Pablo Bazán. ¿Qué culpa podía tener una criatura de 3 años? Sólo para ser piadosos, llamaremos a este caso judicial como el del maldito colchón.