-¡Buenos días señor papá!- saluda la secretaria mientras sus uñas rojas recién pintadas llueven en cascada sobre el teclado. -En nuestra clínica tenemos diversos paquetes de recibimiento de bebés de acuerdo a las obras sociales.
-Entiendo. Quisiera el paquete con la experiencia más real de todas.
-Lamentablemente su plan de salud no cubre nuestro paquete “Útero 360”. Al adquirir “Útero 360” el papá recibe a su hijo vestido como un profesional de salud y tiene pase libre al quirófano. Con “Útero 360” luchará contra la muerte y la oscuridad junto a un equipo de profesionales de excelencia.
-¿Pero va a salir todo bien? Tuvimos un embarazo muy tranquilo- el papá se asusta.
-Sino contrata “Útero 360” no va a poder presenciar la cesárea. Solo le queda aguardar que venga la enfermera con su niño y se lo dé. Se puede sentar por ahí- la secretaria hace un gesto vago hacia la sala de espera donde un noticiero televisivo vocifera sobre un asesinato y un robo.
-Está bien, lo tomo.
-Perfecto, son 8.500 pesos. Sólo efectivo. Recuerde que no incluye el gorrito. El gorrito tiene un costo extra de 140 pesos.
-Ok.
– Además le comento que solo por hoy abonando 3.500 pesos puede ampliar su combo y entrar con celulares y cámaras fotográficas a la cirugía.
-Por ahora no gracias.
-¿No quiere tener registros de la llegada de su hijo al mundo?
-Mi mujer me odiaría.
Palabras claves: bisturí, pinza de disección, Tijera Mayo recta de 17 cm.
La cesárea transcurre con normalidad, o por lo menos eso le dicen al papá y lo dejan pasar al quirófano.
Adentro la mamá está acostada y su cuerpo parece terminar en una sábana blanca que cuelga. Detrás, como en un teatro de sombras, se construye en gestos la cirugía.
– Les pedí y por suerte no me ataron-. Dice la mamá, mientras el papá le acaricia el pelo y la toma de la mano.
-Acordate de no hablar amorosa- la voz de la doctora fluye tras bambalinas.
Las voces son calmas y relajadas y hablan del clima, las elecciones y las venas inflamadas del vaso. El ambiente es distendido y tranquilo, hasta que un ringtone de Callejeros irrumpe desde dentro de una mochila ubicada sobre una mesa.
¡¡¡¡Una nueva noche fría en el barrio, los tranzas se llenan los bolsillos!!!!
Hacia el celular va el anestesista a ponerlo a dormir, o eso cree el papá:
-Aquí Carlos ¿quién habla ahí?
Hay risas entre los médicos y los asistentes. El teléfono pertenece a uno de los dos doctores que tiene las manos ocupadas dentro de la panza y por eso no puede atender.
as risas eran por la imitación del anestesista.
El papá está aturdido y contrariado. Por un lado sonríe e intenta transmitirle tranquilidad a la mamá. Tranquilidad que no tiene ni aparenta. Su cuerpo se contrae en una única mueca dura e inexpresiva.
Piensa que debería reaccionar y pedirles seriedad y cordura a los profesionales pero tiene miedo de generar un ambiente incómodo. Todavía le resuena una frase impresa que leyó en el vestuario de los médicos antes de entrar a la sala: “es más importante la relación entre las partes que las partes mismas”.
-¡Bueno vamos…!- la doctora que lidera anuncia que ya lo sacan.
El anestesista se acerca al papá y lo lleva del hombro al otro lado de la sábana así presencia el nacimiento de su hijo. La mamá queda como única espectadora del show de sombras.
Conclusión: continuará…