I
Estamos en una situación tan extrema que parece que vivimos una película de ciencia ficción. Pero a diferencia de largometrajes como Contagio”, acá no hay forma de spoilear un final porque nadie lo conoce. No hay un guión ni adaptación de libro. Solo una lista de recomendaciones para prevenir la propagación del virus. Esta película en la que somos personajes tiene una escena meláncolica que se repite en pantallas de celulares: italianos y españoles cantan desde los balcones para recomponer una parte de esta comunidad fragmentada por el distanciamiento social. El himno italiano de la resistencia antifascista Bella Ciao” vuelve a sonar con otro sentido después de que una serie mainstream la usara como parte de su soundtrack. ¿Cuál será el hit de los balcones argentinos? Posiblemente con esta pregunta me estoy adelantando demasiado a los eventos extraordinarios de la cuarentena en nuestro país. La cabeza en aislamiento funciona a más revoluciones por hora. Por eso es importante mantenerla con calma. En estos días empezaron a circular listas de películas con acceso gratuito para entretenernos. Me llegaron planillas de Excel con cientos de filas repletas de links. En varios artículos y posteos se rescatan plataformas con suscripción no paga, la mayoría de origen latinoamericano para reconocer la idiosincracia del continente y también para evitar el fiasco de que la película no tenga subtítulos. Espero que esas sean las razones de esta elección por lo local y no un patriotismo exacerbado que a veces puede rozar el chauvinismo. Así reaparecieron en el encuadre los sitios CINE.AR, OctubreTV, Filmin Latino, OndaMedia, UN3, RetinaLatina y el inventario engorda cada día. Nunca faltan los métodos piratas que a veces bajan más virus que los que sobreviven siete días en el picaporte de una casa. Mientras podamos acceder a una compu conectada a Internet nos afectará una pandemia pero estaremos entretenidas, una de las diferencias más marcadas con la peste negra de la Edad Media. ¿Qué mirar entre todas las opciones? La cantidad abruma. No se puede comer el sanguche de un solo mordisco. Y no nos alcanzaría toda la cuarentena para ver la enorme mediateca universal. Hace unos días, cuando todavía teníamos esa extraña costumbre de reunirnos, Álvaro Arroba ofreció una charla titulada El programador de festival absorto ante la autoprogramación”. El fundador de la revista Letras de Cine y programador de Bafici valoró la democratización de las obras culturales vía web pero planteó la importancia de las curadurías que relacionan cada singularidad en diálogo con otras producciones socioculturales. Busqué un Festival de Cine online para proponer un catálogo sistematizado y evitar publicar una selección personal y precaria. Encontré el Visions Du Réel, el Festival Internacional de Nyon (Suiza) especializado en films documentales que incluye en esta edición al cortometraje Guajiro de Fernando Restelli. El guajiro le pregunta al director: «¿Cómo es la situación allí en Argentina de la convivencia de la humanidad? ¿Será igual que aquí en Cuba?”. El resto de las películas que participan no están subtituladas, por eso sólo invito a entrar para ver y votar el cortometraje del director de Merodeo” y Construcciones”. ¿Cómo armarse un pequeño festival de películas a domicilio? Una opción es hacer una retrospectiva de un/a director/a, auque este criterio nos puede convertir en devotas a una sola mirada. Recurro entonces a un concepto que permita organizar los materiales: las canciones de las películas, como las que suenan desde los balcones. Y aquí vuelvo al inicio de esta columna inestable, como estos días.
II
Escribo después de haberme lavado las manos cantando I Will Survive” (Resistiré), intentando imitar ese video viral de Gloria Gaynor. Recuerdo la película As Canções” de Eduardo Coutinho. Pienso en una lista de documentales sobre bandas: Luca”, Violeta se fue a los cielos”, Whiplash”, What Happened Miss Simone?”, Keith Richards: Under the Influence” o Bird” de Clint Eastwood sobre Charlie Parker. Agrego en Spotify playlists de películas de Scorsese y Tarantino. Para orientarme con algún GPS cinéfilo escucho la grabación de la charla Las canciones” que ofreció Jose Miccio en el Cineclub Municipal Hugo del Carril. El crítico de cine y de rock hizo un recorrido por películas según la inclusión musical. En el repertorio aparece el episodio dos de La Flor”, esa película gigante de catorce horas de duración que está siendo liberada por partes en Youtube para mitigar los daños psicológicos del cautiverio. La saga La Flor” es una realización de Mariano Llinás y El Pampero Cine, protagonizada por las actrices del grupo teatral Piel de Lava. En los primeros minutos, como un prólogo, el director de Historias Extraordinarias” muestra el cuaderno con sus borradores y dibuja la estructura narrativa: los cuatro pétalos son las narraciones suspendidas, el quinto episodio se relata como un cuento con inicio-desarrollo-final y el último capítulo empieza en la mitad para terminar todo el film desde su tálamo hasta la raíz. Cada historia pertenece a un género diferente protagonizado por las mismas mujeres. Hay unos cuantos méritos enormes en el episodio dos. Llinás que curte en sus intervenciones públicas un gorilismo retórico no pone un epígrafe de la Velvet Underground para protegerse de las canciones sentimentales, ni un comentario sobre Mozart para protegerse de Velvet Underground, sino que hace de esas canciones sentimentales la lengua misma de su historia. Llinás sabe lo que no suelen saber sus amigos: en esas melodías populares sin aspiraciones hay o puede haber más verdad que en las grandes obras en las que buscamos una sabiduría, que sin duda tienen”, dice Miccio en la grabación de la charla después de poner la escena donde los protagonistas cantan el tema Yo soy el fuego”. No hay ironía intelectual ni distanciamiento en la referencia a la música popular pimpinelesca. Es el momento queer de Llinás, que siempre habla de Borges”. Miccio menciona también otras escenas de películas creadas con canciones. Los temas del músico Rafael Berrio en las producciones de Jonas Trueba suenan al Trending Topic #YoMeQuedoEnCasa: «No pienso bajar más al centro», «Como iba yo a saber» y «El mundo pende de un hilo». La brújula de Miccio en este océano convulsionado indica otra canción de película: en Cavalo Dinheiro” de Pedro Costa los inmigrantes africanos de Cabo Verde bailan Os Tubaroes” (Los tiburones) y crean un espacio de identidad propia en su deambular por Lisboa. La música como un territorio. Pongo pausa. Afuera hay silencio. No hay serenatas invertidas. Renuevo la reproducción para no sentirme tan sola.