Por Cezary Novek
Un niño tiene una tarea que realizar para el colegio: escribir sobre su familia. El grupo se compone por tres hijos franceses, una madre alemana, un padre y una tía franco argentinos y los abuelos argentinos, exiliados durante la dictadura cívico- militar de 1976-1983.
La última novela del periodista, académico y escritor residente en París Juan Carlos Alarcón –editada por el sello local Recovecos– toma el punto de vista en primera persona de un niño para cronicar la atmósfera que se vive en un ambiente familiar plácido cuya armonía se ve interrumpida progresivamente por un pasado que se niega a ser enterrado. La historia transcurre en la época actual pero sin mayores referencias, ya que se centra principalmente en los rituales cotidianos del clan: las comidas, las confidencias, las bromas y los proyectos de cada uno. La familia es un mundo cerrado que se constituye como un espacio de refugio e intimidad; el afuera apenas aparece mencionado de manera muy tangencial.
El abuelo tiene la oportunidad de regresar a la Argentina para testificar en un juicio contra los represores que actuaron amparándose en el terrorismo de estado de los ’70. Intentan esquivar ese tema de conversación delante de los niños, pero las amenazas telefónicas y cierta serie de eventualidades en apariencia casual generan una preocupación creciente que se solapa en los silencios y omisiones entre los almuerzos y complicidades familiares.
El acierto de esta novela es la manera en que el peligro se cuela como una mancha de humedad en un ámbito privado y que parece completamente a salvo de los vaivenes de un país lejano en una época remota. Sin embargo, planea la sombra de la desaparición de Julio López y casos similares. La historia se divide en capítulos muy breves, instantáneas de la vida cotidiana en las que se van retratando de a poco las afinidades, diferencias y dinámicas entre los diferentes miembros de la familia. Se puede decir que cada uno de los capítulos es una preparación lenta para un final abrupto y contundente como inesperado.
Resulta difícil contar una vez más una historia que ha sido contada cientos de veces. Alarcón aporta un enfoque algo diferente sobre un tema que parecía ya agotado por completo en nuestra narrativa contemporánea. La voz del niño y una buena cantidad de momentos de transición en su camino así como en el de su hermana son de lo mejor que tiene la historia. Hay uno o dos epígrafes por capítulo, que resultan en algunos casos prescindibles. Vale aclarar, también, que no es una historia sobre la dictadura ni tampoco sobre un sobreviviente a ella. No es un relato de extrañamiento en el exilio ni sobre la nostalgia del país de origen. Tampoco se regodea en dramatismos ni truculencias. Allá es una novela en la que apenas se menciona dos o tres veces el trasfondo político-histórico ya que en realidad trata sobre cómo sedimenta el pasado sobre el presente que se construye en las nuevas generaciones.
Juan Carlos Alarcón (Córdoba, 1948) Poeta, novelista, autor de teatro y periodista. Vive entre Argentina y Francia. Colabora con diferentes medios culturales y periodísticos de América Latina y Europa. Ha publicado, entre otros, los libros Any Lorac (novela, Edilivre, Francia, 2018), La-Bas (novela, Edilivre, Francia, 2017). Quand les oiseaux volent en liberte (novela, Edilibre, Francia, 2014), País chúcaro (poemas, Recovecos, Argentina, 2006), El ladrón de campanas (novela, Espartaco, Argentina, 2004), La mujer del fin de semana (Théatre Traversière, París 12; 1997 y grupo Teatro de Pergamino, Argentina, 2006).