¿Qué pasa con la vestimenta en el deporte? ¿Quién decide lo que se debe usar? ¿Por qué en ciertas disciplinas las mujeres llevan prendas más cortas que los varones, exhibiendo así sus cuerpos?
Con la atención de la prensa internacional por los Juegos Olímpicos que se desarrollan en Japón, algunos seleccionados se levantaron para protestar contra la sexualización de las mujeres en el deporte, pidiendo poder jugar en comodidad y libertad de elección.
Incluir la perspectiva de género en las demandas de las deportistas es tener presente que la opresión suele presentarse en tres formas: los estereotipos, la dominación cultural y la objetivación sexual.
Las mujeres, generalmente, suelen transitar estas tres formas de dominación a lo largo de sus vidas y en diversos ámbitos sociales. El deporte no es ajeno y en los Juegos dejaron postales de ello.
De cuerpo entero
Primera imagen, las gimnastas alemanas. Decidieron presentarse en los Juegos Olímpicos vistiendo malla de cuerpo entero, a diferencia de la clásica con lentejuelas y corte alto, cerca de la ingle.
Es la segunda vez en este año que deciden hacerlo. Las deportistas reivindicaron, de esta manera, la necesidad de sentirse cómodas para practicar su deporte. La idea es «sentirse bien sin dejar de ser elegante», compartió la gimnasta alemana Sarah Voss.
Sarah tiene 21 años y un gran alcance ante niñas y jóvenes que se inician en el deporte. Ante la prensa y a través de sus redes sociales contó que el traje ajustado empezó a incomodarle al ingresar a su pubertad. Más aún luego de su primera menstruación.
«Las mujeres queremos poder sentirnos cómodas en nuestra propia piel. En el deporte de la gimnasia es cada vez más difícil hacerlo conforme tu cuerpo infantil va creciendo. Cuando era niña, no veía nada malo con los uniformes de gimnasia. Pero cuando comenzó mi pubertad y llegó mi menstruación, comencé a sentirme cada vez más incómoda», dijo.
Que las mujeres usen una malla de cuerpo entero, que cubra brazos y piernas, no es lo más frecuente en esa disciplina, pero tampoco es la excepción. Muchas llevan sus cuerpos cubiertos por motivos religiosos. En cambio, los varones gimnastas suelen utilizar mallas que cubren sus piernas, muslos, torsos y brazos. ¿Cuál es el motivo por el cual varones y mujeres llevan uniformes tan diferentes?
En bikini, no
Segunda postal, las jugadoras noruegas de handball de playa. Ellas sí que rompieron las reglas y fueron multadas por la Federación Europea de Balonmano, con 150 euros por atleta. El motivo fue llevar una «indumentaria inadecuada», durante un partido contra España.
Fue en el marco de los Juegos Olímpicos de la Juventud. La imagen del seleccionado posando en shorts de lycra se viralizó en redes sociales. La razón de la sanción fue que se presentaron a jugar usando tops y pantalones cortos, en vez de hacerlo en bikini.
El reglamento estipula que la prenda inferior -la bikini- debe ser «con ajuste ceñido y corte en ángulo hacia arriba, hacia la parte superior de la pierna». Ante la sanción de la Federación Europea, el presidente de la Federación Noruega de Balonmano manifestó su punto de vista. Casi como en un mismo movimiento, hay acciones que confunden la línea de lo simple con lo complejo, como lo es poder jugar con ropa que no sexualize a las deportistas y sentirse bien.
«No es ropa apropiada para jugar en la arena. Ellas entrenan como quieren en Noruega, pero luego están obligadas a vestir como obliga la Federación Europea de Balonmano cuando juegan en el extranjero», compartió el presidente, Kare Geir Lio. Además, enfatizó que habían solicitado usar shorts, pero el pedido fue rechazado con riesgo de descalificación y multa. Lo segundo fue lo que sucedió.
La actitud de las deportistas hizo ruido, tanto que llegó a los oídos de la cantante estadounidense Pink, quien se solidarizó. Estoy muy orgullosa del equipo noruego por protestar contra las muy sexistas normas sobre su ‘uniforme’. La Federación Europea debería ser multada por sexismo. Bien por ustedes, chicas. Estaré muy feliz de pagar la multa. Sigan así”, escribió Pink en sus redes sociales.
Transición
La sexualización de la práctica deportiva puede ser un motivo de alejamiento más que de cercanía, especialmente para quienes no se identifican con el estereotipo de belleza que impone. A su vez, la hipersexualización de las mujeres genera una objetivación donde no importa la destreza de la atleta sino, más bien, su apariencia.
En consonancia, el entrenador de las noruegas manifestó que las regulaciones pueden provocar que las mujeres no quieran practicar ese deporte. «Quizás se alejen del deporte y escojan otra disciplina», señaló Eskil Berg Andreassen.
Caso contrario es el equipo argentino de beach handball. Se llaman las Kamikaze” y sus apariciones en diminutos bikinis-uniformes al estilo de tangas generó un vacío de contraste. Las argentinas recibieron en 2018 la medalla de oro en los mismos juegos donde las noruegas llamaron la atención, los Juegos Olímpicos de la Juventud.
Si bien en la mente de una o un atleta está la máxima de ganar, para el público se abren interrogantes sobre el sexismo, la cosificación del cuerpo femenino y quién decide cuál prenda es apropiada”. Cuando, en realidad, todo se debería tratar del desempeño atlético.
Quizás las juventudes marquen tendencia, ya que estos hechos sucedieron con atletas que no superan los 30 años. A la larga, tal vez las preguntas que emergieron tras la presentación de las atletas noruegas y alemanas sea una cuestión de elección, y no de imposición ante el placer de competir en el juego de la vida.