Luciano Lamberti, ganador del Premio Clarín Novela 2023 por su obra «Para hechizar a un cazador», afirmó que la historia se enmarca en una obra de terror, de carácter «experimental», que transcurre en la última dictadura militar argentina.
«Por lo experimental de la novela y su complejidad no esperaba nada y por mi pesimismo fundamental tampoco; fue como una sorpresa y estuvo buenísimo», señaló Lamberti acerca del premio que tuvo como jurado de Honor a Ana María Shua, Carlos Gamerro y a Samanta Schweblin.
Lamberti (1978) nació en San Francisco, Córdoba, y es licenciado en Letras. Ha publicado libros de cuentos y también novelas. Entre sus relatos breves, se encuentran «El asesino de chanchos», «El loro que podía adivinar el futuro», ambos incluidos en su último libro «Gente que habla dormida» y «La casa de los eucaliptus»; también publicó las novelas «La maestra rural», «La masacre de Kruguer» y «Los Abetos»; el libro de notas «Plan para una invasión zombie» y los poemas «San Francisco».
El escritor fue premiado con dos millones de pesos y la publicación del libro por parte del sello Clarín-Alfaguara, en el marco de la 26° edición del concurso del que participaron 400 obras, y cuya gala tuvo lugar anoche en el Teatro Colón.
El escritor recibió la noticia del premio «con muchos nervios» pero también «con mucha alegría».
«Tanto es así que me perdí de la comida abundante y riquísima que repartían ahí, porque tenía el estómago completamente cerrado y la verdad fue muy sorprendente», manifestó a Télam.
Lamberti reveló que empezó a escribir el manuscrito «hace tres años» y explicó que la obra transcurre en la última dictadura militar argentina. Según el jurado, retrata «el mal que excede nuestras posibilidades de comprensión y aceptación».
Consultado acerca de cómo dialoga la obra premiada con los discursos negacionistas de La Libertad Avanza que generaron polémica, Lamberti dijo: «No estaban en boga estos discursos negacionistas cuando empecé a escribir la novela, y aunque estos discursos estuvieron siempre, no es nada nuevo. Lo que pasa es que ciertos personajes mediáticos le abrieron la puerta para que se empiecen a naturalizar, cuando creímos que como sociedad habíamos llegado a un consenso, de pronto aparece esto que rompe con ese consenso».
«Para mí fueron muy positivas las últimas semanas antes del balotaje, donde se demostró que una gran parte de la sociedad rechaza eso, la sola idea de incorporar esos discursos ya generó un rechazo muy grande y eso es lo positivo que puedo extraer», afirmó el autor de «La casa de los eucaliptos».
Para Lamberti, «la literatura tiene un carácter anticipatorio, está en contacto con los sueños, con la parte más inconsciente de la sociedad y si uno realmente deja que fluya esa parte, yo creo que estaría pudiendo ver cosas que por ahí no se pueden ver de forma consciente, casi como si fuera una especie de escritura automática».
«El fondo del abismo tiene que ver con el inconsciente colectivo, eso que está dando vueltas en el aire y que por ahí uno no capta más que en determinados trances», consideró.
¿De qué manera el género del terror puede brindar herramientas para iluminar o intentar comprender aspectos de nuestra realidad? «Yo no tengo culpa de escribir terror, entonces no sé por qué debería estar trabajando determinadas cuestiones», respondió Lamberti.
«No lo hago de forma consciente, no soy un predicador ni un ensayista, sino soy un escritor, alguien que cuenta historias, que trata de divertir, de perturbar, de emocionar a la gente y en ese sentido no creo que el terror tenga que iluminar determinadas cuestiones de lo real. Creo que lo hace, pero de manera inconsciente y que está más cerca de mi experiencia personal, aunque en este caso no hay nada de mi experiencia personal más que cuestiones secretas que sólo yo sé», manifestó.
«Mi lugar es escribir y estar atento a lo que sale, que a veces incluso en términos ideológicos o morales está lejos de mis propios términos ideológicos o morales y yo lo respeto porque para mí lo verdadero es lo hermoso, lo que está bien hecho y lo que es conmovedor. En el reino del arte esas son las reglas, más que lo que yo creo que es como un pedacito de la realidad y nada más que eso», afirmó.