“Más respeto que soy tu madre”, el folletín que nació en un blog y con el que Hernán Casciari irrumpió en la literatura desde internet, llega al cine en una película filmada en su Mercedes natal y protagonizada por Florencia Peña y Diego Peretti, una cara más del gran proyecto en el que se convirtió Orsai, que nació como una revista y que ahora edita libros, organiza eventos culturales y produce películas.
El libro, publicado entre 2003 y 2004 en una serie de posteos que escribía el autor y que después se editó en papel, va por la decimonovena edición en Orsai aunque antes tuvo lectores en la edición de Sudamericana, Plaza y Janes y Grijalbo y, tras haber tenido una adaptación teatral exitosa protagonizada por Antonio Gasalla, se podrá ver desde mañana en la pantalla grande con la dirección de Marcos Carnevale y el guion de Christian “Chiri” Basilli, socio de Casciari en Orsai.
“Siempre escribí para internet. `Más respeto soy tu madre´ es un folletín digital al que le tengo un cariño especial porque fue lo primero que escribí para ese formato, nunca antes había tenido lectores tan cercanos ni comentarios en un blog. Fue el principio de todo, un trabajo hecho sin estrategia, solamente era una forma de comunicarme con mis amigos y familiares de Mercedes cuando vivía en Barcelona. Lo que pasó con ese libro fue increíble”, cuenta Casciari sobre aquel blog que fue la piedra fundacional del proyecto ambicioso que veinte años después es Orsai.
La historia de “Más respeto que soy tu madre” sucede en la ciudad bonaerense de Mercedes en 1999, en vísperas de Año Nuevo y en medio de la crisis socioeconómica nacional que eventualmente estallaría en 2001. Se trata de un planteo económico y social que veinte años después al espectador argentino todavía puede resultarle familiar: Mirta Bertotti, una ama de casa de cincuenta años protagonizada por Peña, hace malabares para lidiar con la crisis económica, un marido desocupado, tres hijos adolescentes, un suegro rebelde y la menopausia. El texto fue leído por más de 100.000 internautas en todo el mundo en su versión en línea y además consagrado como el mejor blog del mundo en 2005 por la Deutsche Welle. Fue publicado como libro en Europa y América en diferentes idiomas, y el autor no se desentiende de la típica polémica que se produce cada vez que una obra de ficción literaria es adaptada a otros formatos. “Siempre tuve claro que el guion no se debía escapar del espíritu del libro. Entonces, lo que hice fue pedirle a los que compraron los derechos dos cosas: que se filmara en Mercedes y que el adaptador fuera Cristian Basilli, que además de ser mercedino es mi socio en Orsai y mi amigo desde los siete años”, confiesa sobre el proceso de negociación por el film, producido por Pampa Films, Gloriamundi y Palé. “Chiri se ocupó del guion con mi supervisión. Yo nunca metí mano pero sí conversé mucho con él sobre las escenas y le dimos muchas vueltas al tema. Entonces, esa metodología me dejó muy tranquilo. Incluso empezamos a escribir antes de que la película tuviera director: que el elegido haya sido Marcos Carnevale me tranquilizó muchísimo más porque él era lector del blog y conocía las entrañas de lo que quise escribir”.
A pesar de no haber “metido mano”, Casciari se siente más que conforme con el resultado: “La película plasmó el libro de manera exacta. No quiero poner otro calificativo porque es simplemente así: exacto a lo que yo tenía en la cabeza. Suscribo a esta película”, dice.
Acepta, además, que la película le gusta más que la versión teatral que se transformó en una suerte de suceso de las tablas cuando cosechó más de un millón de espectadores a lo largo de sus cinco temporadas. “La obra de teatro es la mirada de Antonio (Gasalla) sobre mi texto, una mirada muy llevada a lo cómico. El libro tiene 200 capítulos y él eligió unos treinta para su adaptación. Para la película, elegimos algunos de esos pero también otros que no están”, cuenta sobre el recorte necesario que toda adaptación de formato requiere. De todas formas, que la película lo haya dejado tan conforme tiene que ver más con el espíritu que con la selección. “La película es muy cercana a mi pluma, tiene algo que me gusta mucho hacer cuando escribo: mientras te estás riendo, te empezás a emocionar. Ese cambio sutil en el ánimo del lector, el oyente y el espectador es alucinante. Cuando vi la película por primera vez con público me impactó que muchos salían de la sala muy sorprendidos de que sea una película de llorar, cuando el trailer más bien te invita a ver una película esperpéntica y no lo es en absoluto”, relató.
El autor también quedó conforme con las interpretaciones. “El Nono, el personaje que compone Diego Peretti, es espectacular. Posiblemente sea el personaje más caracterizado de su carrera: es un viejo de 80 años muy rebelde. Lo mismo que Flor Peña en el rol de Mirta. Estoy realmente muy contento con el resultado de la película, cosa que me alivia mucho porque si no tendría que estar careteándola”, advirtió Casciari, fiel a su estilo.
Peretti es parte de otro de los proyectos en los que está involucrado el escritor, el “Peretti project”, la primera película dirigida por el actor que será guionada por la dupla Casciari- Basilli, que lleva recaudados 480.000 dólares y que se estrenará en 2024.
La trayectoria de Orsai se basa en mutar. Empezó como un blog, se convirtió en la revista Orsai en 2010, en Editorial Orsai en 2011 y ahora también es una tienda en Palermo y Orsai Audiovisuales, que encara películas, series de televisión y documentales.
La pata audiovisual se sostiene en el crowfunding o micromecenazgo, el financiamiento colectivo permite producir mercancías culturales con la plata de quienes quieren invertir en ellas: “La uruguaya” -la primera producción de Orsai Audiovisuales basada en la novela de Pedro Mairal, fue financiada por 2000 socios productores y se estrenará a inicios de 2023- o la miniserie “Canelones”.
La parte editorial del entramado Orsai también innova y le propone a los autores -que van del uruguayo Daniel Mella a la multifcética Lizy Tagliani – contratos que se alejan del canibalismo de las multinacionales con el primer contrato «50y50» de la industria local, en el que el autor recibe la mitad de las ganancias sobre el precio de venta al público de la tirada.
La curiosidad, la apuesta colectiva y cierto espíritu camaleónico le dan continuidad y crecimiento a un proyecto que nació de la rutina simple de postear para contar.