Los días 28 de agosto y 1° de setiembre son fechas de importancia para la comunidad archivística de Argentina y del Mercosur. Fue precisamente un 28 de agosto de 1821, cuando el Gobernador Martín Rodríguez creó el Archivo General de la Provincia en Buenos Aires; mientras que el 1 de setiembre fue instituido el día del Archivista del Mercosur, en homenaje Aurelio Tanodi, impulsor de la disciplina en Argentina.
En Córdoba cobran especial envergadura ya que cuenta con un reconocido patrimonio archivístico, así como la primera institución universitaria del país que comenzó a impartir educación formal en el ámbito de la Archivología desde mediados del siglo XX, en la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad Nacional de Córdoba.
Y si bien estas conmemoraciones destacan las iniciativas y aportes de dos varones, lo cierto es que se trata de una profesión en la que abundan las mujeres.
Así lo ha señalado la investigadora mexicana Camila Ordorica, quien afirmó que desde principios del siglo XX losarchivos y el trabajo de los archivistas han sido construidos culturalmente como espacios y actividades feminizados, debido a que la acción y el oficio de archivar constituyen labores de cuidado que fueron mayormente sostenidas por las mujeres, aunque no hayan sido históricamente reconocidas como guardianas de la memoria.
De esta suerte, los archivos públicos y privados fueron considerados como lugares de recogimiento donde las mujeres podían desplegar su trabajo especializado con armonía, minuciosidad,paciencia, orden y aseo. Así como también producir copias de documentos a partir cuidadosas lecturas paleográficas, ya que las representaciones de género les atribuían mayor escrupulosidad de las que podían hacer gala los varones. Cuestión que puede trasladarse al ámbito privado cuando algunas de ellas, como archiveras improvisadas, tomaron a su cargo la organización de los archivos personales de padres o maridos que destacaban en el espacio público.
Esta profesión, como otras que también comprendía a bibliotecarias, telegrafistas, mecanógrafas o maestras, exigía de ellas cualidades propias enmarcadas en los estereotipos vigentes, que no siempre las situó en un lugar directivo o de responsabilidad institucional. Con lo cual, y sin lugar a dudas, la trayectoria seguida históricamente por las archivistas no constituye un caso aislado en el binomio trabajo/mujeres.
En España-espejo de la Archivística latinoamericana y donde muchas profesionales de esos países se formaron-, los archivos contaron con presencia de mujeres desde principios del siglo XX. Y han dado grandes teóricas como Antonia Heredia Herrera y Vicenta Cortés Alonso, de cuyas obras continúan formándose profesionales a un lado y otro del Atlántico.
En Argentina, una de las primeras mujeres que contó con un cargo de Auxiliar técnico, pero que también destacó como investigadora en un archivo histórico, fue Guillermina Sors(La Plata, 1904- 1958), quien llegó al Archivo Histórico de la Provincia de Buenos Aires de la mano de Ricardo Levene en 1926, a poco de haber sido fundado.
Un año después de la muerte de Sors, en la ciudad de Córdoba se creaba la Escuela de Bibliotecarios y Archiveros (1959), en el ámbito de la Facultad de Filosofía y Humanidades, cuyas aulas se poblaron de estudiantes mujeres. Luego lo harían en la Escuela de Archiveros cuando se dispuso la separación de ambas instituciones; así como en 1974 cuando se estableció e lCentro Interamericano de Formación de Archiveros en convenio con la OEA, donde cursaron gran cantidad de becarias, incluso provenientes de países latinoamericanos.
Desde entonces- y gracias a la información facilitada por la archivista Noelia García, encargada de la Secretaría de la Red Archivistas Profesionales de Argentina-, sabemos que las mujeres que estudian en la Escuela constituyen una abrumadora mayoría: el 83,67 % de los egresados de la Licenciatura en Archivología de la UNC son mujeres (desde 2005, año del primer egreso, hasta 2024). El 79,68 % de quienes obtuvieron el título de Técnico/a Archivero/a en la UNC son mujeres (desde 1964, año del primer egreso, hasta 2024). La misma feminización puede trasladarse a su planta docente: de un total de 29 profesores titulares y asistentes, 21 son mujeres y 8, varones.
Durante los últimos años, la presencia de mujeres también podemos evidenciarla en la dirección de numerosos archivos públicos que tienen su sede en la ciudad, como el Archivo del Poder Judicial de la Provincia de Córdoba, el Archivo General e Histórico de la Universidad Nacional de Córdoba, elArchivo Histórico de la Provincia de Córdoba o el Archivo Provincial de la Memoria de Córdoba.
Son tiempos en los que la disciplina se encuentra atravesada -incluso interpelada-, por los enfoques de género que promueven la visibilización, el acceso y la difusión de documentos y archivos que den cuenta de las vidas, saberes y experiencias de las mujeres- Como también, ofrecen herramientas para superar las formas de trabajo heteropatriacales y afrontar iniciativas con perspectiva de género en la gestión de archivos que, en algunos casos, sus historias institucionales están marcadas por una política memorial propiciada por el estado.
Oportunidad que no ha dejado pasar la Red de Archivistas Profesionales de Argentina, que se encuentra prácticamente feminizada -ya que el 81,58 % de quienes la integran la son mujeres-, y han creado el Centro de Documentación y Archivos de Mujeres, el único centro de documentación virtual fundado y gestionado en el país enteramente por archivistas, que se reveló como una necesidad para llenar el vacío de los sistemas archivísticos oficiales relativo a los archivos de mujeres. Un Centro de recursos para el ejercicio de la ciudadanía, la investigación, la práctica y la docencia en torno a los estudios de género y la Archivística; específicamente relacionados con los archivos personales, el patrimonio documental, colecciones documentales, la protección de datos personales y normativa archivística. Y al que invitamos a visitar en este link: https://sites.google.com/view/redarchiveroscordoba/cedam.