El abogado y doctor en Estudios Sociales en América Latina, José Emilio Ortega, dirá presente en la Feria del Libro, con su último trabajo, “De la Discordia a la Cooperación. Uruguay, Argentina y Perón (1943-1973), publicado por Editorial Brujas.
La presentación será mañana martes 15 de octubre, a las 18, en la Biblioteca Córdoba, con el apoyo de la Municipalidad de la ciudad, el Centro de Estudios Avanzados de la UNC y la Biblioteca Nacional; y la participación de Javier Giletta y César Tcach. En la previa, HOY DÍA CÓRDOBA entrevistó a Ortega, columnista semanal de la página 6 este matutino.
Otra presentación, y van… ¿cuántas?
-Estimo que, entre libros de derecho, ambiente, ciencias sociales y cuentos, como compilador, autor o coautor, deben ser unos 50, en casi tres décadas de producción.
¿Estamos frente a tu trabajo más importante?
-Es difícil precisarlo, pero sí es especial. Su base es una investigación individual -mi tesis doctoral- lo que supone salirme de una zona de confort, la obra en equipo. Aborda una etapa histórica en la que ocurren trascendentes situaciones (en el mundo, en América del Sur, en Argentina o Uruguay). Tracé una hipótesis y procuré demostrarla trabajando sobre fuentes como documentos diplomáticos, bibliografía o entrevistas.
¿Por qué Perón y Uruguay?
-Soy un peronista “del general” y un apasionado de Uruguay. Como hombre público, aún antes de la presidencia, Perón se topa con el país vecino, que se presenta en muchos planos como una contrafigura de la Argentina justicialista. Las tensiones serán permanentes hasta el derrocamiento de Perón, en 1955. El libro se estructura en tres grandes etapas, la primera es la que menciono. En las siguientes, la relación entre el peronismo o su líder con el Uruguay se irá modificando.
¿Qué pasa después?
-Con el exilio del General, el Uruguay cambia su mirada. Al triunfar en 1958 el Partido Nacional (menos refractario al peronismo que el partido Colorado) Montevideo se transforma en plataforma utilizada por Perón para incidir en la política argentina durante su proscripción. Y tras ese proceso, el hombre “descarnado” que viene a recuperar el tiempo perdido en 1973, firma a un mes de asumida su tercera presidencia, el Tratado del Río de la Plata, poniendo fin a una disputa casi tan antigua como los estados signatarios del convenio, abriendo las puertas a la integración física y jurídica posterior: desde los puentes sobre el Río Uruguay hasta el Mercosur.
¿Cuál fue el criterio para seleccionar las fuentes?
-En el doctorado de Estudios Sociales en América Latina (CEA-UNC) tuve excelentes profesores, como César Tcach y Javier Moyano o el politólogo uruguayo Jorge Lanzaro, que me ayudaron a procurar la inmersión en este proceso contemplando la perspectiva oriental. Fuera del doctorado, mi amigo Carlos del Campo me presentó al historiador Alberto Umpiérrez, director del Archivo Histórico de la R.O.U. (donde encontré muchísimo material, como en la Cancillería uruguaya). Así llegué a Montevideo (hice dos viajes de varios días cada uno) y con el aporte de Roberto Cataldo, dueño de la librería “El Galeón”, empecé a investigar.
No debe ser una librería más …
-“El Galeón” es una librería “de viejo” impresionante, más de cien mil libros en sus bateas. Y su dueño, hoy mi amigo, además de buscar y encontrar personalmente bibliografía valiosísima, me contactó con los ex presidentes Luis Lacalle Herrera y Julio Sanguinetti, entre otras figuras principales de la vida uruguaya.
¿Qué te aportaron Sanguinetti y Lacalle?
-Primero, una clase de humidad. Cada uno me recibió en su casa, hablamos de todo y de todos. Segundo, la percepción de estar frente a enormes estadistas, que vivieron ese tiempo. El primero era discípulo de Luis Batlle Berres, el presidente que coincidió con Perón en sus gobiernos (en franca oposición a aquél), y el segundo es nieto de Luis Alberto de Herrera, líder del Partido Nacional, que percibía de otra manera (más amigable) al advenimiento del peronismo del otro lado del Río de la Plata.
¿Qué contribución esperás dejar con este libro?
Dejar un insumo para el estudio de una etapa histórica muy significativa en la historia rioplatense, de la cual podemos extraer innumerables lecciones.