Por Pancho Marchiaro (especial para HDC)
Las personas acarician el lomo del paisaje cuando recorren el camino: es entonces cuando se produce el encuentro entre humanos y naturaleza, cuando se establece un rumbo, un deseo y un futuro.
La temporada estival trajo un nuevo programa expositivo al Museo Superior de Bellas Artes Evita Palacio Ferreyra que hilvana esas experiencias. El espacio expositivo más convocante de la provincia propone una importante variedad de apuestas, promesas, y certezas que referencian el arte cordobés, argentino y mundial. La naturaleza de Córdoba, con sus enormes desafíos frente al cambio climático, los tratos y maltratos de los humanos, así como los paisajes, las construcciones, y las personas e ideas están presentes en esta propuesta que incluyen, en el ingreso, la obra Nunsacat, de Claudia Santanera. Esta artista viene trabajando sostenidamente con palmas de caranday y fusiona el legado que generación tras generación, han transitado las tejedoras con esta planta tan noble como autóctona. El proyecto nació con una fisonomía dispuesta a abrazar el edificio, pero hoy es caja de resonancia de los incendios.
El trabajo se compone de dos instalaciones
Al ingresar al museo, suspendido encima del hall central, la obra Prana de Simón Ibáñez Durán, es una nube que nos protege de la sequía con una poética etérea. Un detalle conceptual que pasa completamente desapercibido debido al acabado preciosista con el que se ha engarzado y condensado este gran volumen integrado por moléculas de la economía circular, en tanto fue construida con rezagos de metal para la construcción. Quienes han visitado el Museo antes saben que esta nube acumula energía vital (tal el significado de su nombre para los hinduistas) desde hace meses.
Felicita Petit presenta Refugia, un relato a dos voces. Esta intervención ha sido curada por Cairo Elio en el marco del proyecto Arte Córdoba de Villa María. Se presenta como una instalación que recupera textiles intervenidos con tintas naturales, y aromas propios de nuestro ecosistema serrano en un entramado cuyas raíces conectan al museo con el parque, al arte con la ciudad.
En el subsuelo del museo encontraremos las obras adquiridas por la Agencia Córdoba Cultura durante ARTEBA 2024, en el marco del programa matching funds. Se trata de los trabajos de Gisela Mailen Scotta, Gabriel Alarcón y Hugo Sencia (compradas en la Galería Satélite) y dos obras de Fernanda Kusel, presentadas por la Galería Aura. Estas Piezas integrarán para siempre el patrimonio de los cordobeses gracias al sponsoreo de la empresa de seguros Zurich.
En la sala A encontramos la maravillosa exposición monográfica “Sistemas afectivos” de Majo Arrigoni curada por Siu Lizaso. Esta retrospectiva reúne retratos de los últimos 10 años en fotografía y pintura proyectando el componente colectivo de la escena artística local con una delicada dimensión de género.
La sala B propone Aroma Caelum, un increíble acercamiento a la obra de María Butler mediante una instalación multimedial curada por Carina Cagnolo. Está sorprendente apuesta hace un equilibrio inmersivo entre la flora local y los enigmas del cielo cordobés. Nos Sentimos astronautas atrapados en un arbusto. Conmocionante.
La sala D ofrece un heterogéneo, excitante y potente salón con los resultados de la convocatoria Cosecharás tu ciencia, curada y producida por Indira Montoya. Estamos frente a una selección de obras de cruce entre la ciencia, la tecnología y la creatividad con un enorme diversidad de técnicas y formatos. Con tres premios y tres menciones del Ministerio de Producción, Ciencia, y Técnica nos sumergimos dentro de una muestra que no tiene nada que enviarle a las propuestas del MALBA o los grandes museos del mundo.
Siempre se puede volver a brotar
Por último, el plan museológico que ofrece una destacada selección estable de la colección provincial -por cierto eje del museo, según la ley que le fundara- en planta baja y primer nivel, se ve expandido en las salas K, L, y M del último piso con el proyecto “Todos los caminos conducen a Córdoba”, una propuesta de Natalia Albanese Gisbert. Continuando con la voluntad de presentar colecciones privadas, esta selección de trabajos supone un diálogo entre el acervo familiar de Fernando Allievi y María del Carmen Lorenzo con el patrimonio gestionado por el maestro Antonio Seguí, en custodia del Centro de Arte Contemporáneo. El silencioso ritmo mágico que hilvana los trabajos es explicado con una poética cómplice gracias a un ejercicio epistolar imaginario que propuso Guillermo Daghero.
Retomando el trabajo de Santanera, cuya carbonización enciende nuestra angustia al ingresar, grandes semillas prometen un entretejido entre la cultura y el ecosistema en la sala H, dialogando con la colección y ofreciendo la esperanza de volver a brotar.
Este esfuerzo de la Agencia Córdoba cultura, todas sus áreas y especialmente el personal del museo por presentar una renovación integral de todos los espacios de la casa -algo que no se hacía desde hace muchos años-, confiere a nuestra voz, la ciencia, la cultura y el arte un territorio posible donde condensarse. Una territorio para echar raíces, ser resiliente a la furia del fuego y volver a brotar; una posibilidad etérea para florecer en el aroma serrano, activar nuestros sistemas emocionales y afectivos porque todos los caminos conducen a Córdoba.-
Todas las exposiciones permanecerán en exhibición durante el verano, de 10 a 19 hs, de Martes a Domingo. Gratis para menores, jubilados y estudiantes, y para todo el público los miércoles. Entrada general $1000. Este programa expositivo ha sido declarado de interés legislativo, según D290032/24. Más información en https://cultura.cba.gov.ar/.