Tras haber anunciado meses atrás «con una mezcla de orgullo y tristeza» que debía «alejarse» de algunas de sus actividades, entre ellas el concierto que iba a brindar por sus 80 años y el estreno de un nuevo Anillo del Nibelungo en la misma Staatsoper, el pianista dirigió ayer domingo el concierto junto a la orquesta de la Opera Estatal de Berlín.
«Mi salud se ha deteriorado en los últimos meses y me han diagnosticado una grave enfermedad neurológica», anunció en octubre el pianista, quien en la víspera brindó el espectáculo sentado desde una silla, de la que se levantó recién para el saludo final.
Barenboim ya había tenido que cancelar varios compromisos en febrero y abril pasados por problemas de salud, pero ahora la decisión es más drástica. «Ahora debo concentrarme al máximo en mi bienestar físico», apuntó entonces según un cable de la agencia de noticias AFP.
Nacido en Buenos Aires el 15 de noviembre de 1942 en el seno de una familia judía de ascendencia rusa, fue en esta ciudad donde con apenas siete años dio su primer concierto, pero devino en ciudadano del mundo tanto por la trashumancia familiar como por sus dotes pianísticas y su activismo personal y musical a favor de la paz en Oriente Medio.