La Librería del Palacio (Ituzaingó 882) se convierte cada miércoles a las 18:30 en un espacio dedicado a la narración, albergando el taller de escritura creativa dirigido por Emilio Moyano. Este espacio de formación y creación se enfoca en la práctica constante de ejercicios diseñados para estimular el pensamiento creativo en el ámbito de la escritura de ficción.
Emilio Moyano, nacido en Córdoba en 1972, es una figura destacada en el ámbito académico y literario. Posee una Maestría en Literaturas Comparadas, es Profesor y Licenciado en Letras, y Especialista en Lectura, Escritura y Educación. Desde 2019, ha compartido su vasto conocimiento impartiendo cursos y talleres de escritura tanto en entornos académicos como de manera privada. Actualmente, se desempeña como director de la Diplomatura en Escritura Creativa de la Universidad Católica de Córdoba y es profesor titular de la cátedra de Formación en el estilo escrito y oral en la Facultad de Filosofía y Humanidades de la misma universidad. Además, imparte Teoría y Análisis Literario y Literatura en Lengua Extranjera en el profesorado de educación secundaria en lengua y literatura del Instituto Católico Superior (INCASUP).
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A continuación, la entrevista exclusiva con Emilio Moyano, donde profundiza sobre los orígenes, el desarrollo y la esencia de este enriquecedor espacio:
– ¿Cómo surgió la idea de crear el taller de escritura creativa? ¿Desde cuándo lo llevás a cabo?
El taller surgió por una propuesta de Karina Fraccarolli, que ya venía con la iniciativa de ofrecer talleres en su librería, desde antes de la pandemia. En mi caso había empezado también unos años antes dictando cursos de Ficción, pero más en el ámbito académico. Así que fue una buena oportunidad para conjugar teoría y práctica; sobre todo, escritura y presencialidad. Ya que arrancamos en 2022 y recién estábamos saliendo de la emergencia sanitaria.
– ¿Cuál es la ventaja de la presencialidad?
La tecnología ha permitido que cualquier espacio de enseñanza/aprendizaje se convierta en un contenido. La famosa transformación digital: se compra por Internet, se socializa, se busca pareja, se entretiene, etcétera. Y los talleres de escritura tuvieron que aggiornarse a esa modalidad. La presencialidad, en cambio, nos da la posibilidad de que el encuentro no sea solo un contenido sino también una “experiencia”, una experiencia física: escribimos a mano, a veces se escucha el ruido del lápiz sobre el papel, el tintineo de una pulsera, una tos; cada tanto compartimos algún que otro bocadillo. Hablamos, leemos, nos reímos, nos felicitamos con palmaditas en el hombro. Un montón de cuestiones corporales que no se pueden vivenciar a través de una computadora.
– ¿En qué género literario se enmarca el proceso de escritura que se lleva a cabo en cada sesión?
Conozco más el mundo de la narrativa, por lo tanto, inconscientemente siempre estoy pensando la práctica de escribir como sinónima de prosa. Pero cada participante tiene la libertad de guiar los ejercicios hacia el género que le resulte más interesante. Por lo general, la mayoría narra al estilo tradicional, pero aparecen matices con algunos que son poéticos, otros autobiográficos, otros cinematográficos.
– ¿Cuántos integrantes asisten al grupo regularmente? ¿Cuál es el rango etario de los miembros?
Actualmente tenemos un grupo de 17 personas, al que llamamos ”Lunantes”. Es un número que más o menos se ha mantenido en estos últimos tres años. En cuanto al rango etario, hay gente de todas las edades. Abuelos, abuelas, padres, madres, tías, hijos, hijas, como si fuera toda una familia. Ese es uno de los aspectos más edificantes del taller: la posibilidad de contrastar las miradas entre diferentes generaciones.
– ¿De qué manera se organiza cada encuentro?
Al inicio, mientras nos vamos acomodando, hacemos un ejercicio que en el campo de la educación se denomina “warming”. A partir de una consigna apuntamos a ponernos en modo creativo, a veces individual, a veces grupal. La idea es dejar afuera todo lo que implica la cotidianeidad y conectar con nuestro mundo emocional y expresivo. Luego presentamos o revisamos alguna herramienta técnica, que sería como un momento teórico. Y después hacemos una práctica sobre lo conversado y finalmente leemos las producciones.
– ¿Se realizan actividades en conjunto más allá de los encuentros semanales? ¿Cuáles?
Al principio salíamos a comer pizzas en cada cierre de semestre. El año pasado incorporamos una merienda que hicimos en Alta Gracia. Y hace poco fuimos a conocer la biblioteca del Seminario Mayor, donde también compartimos la merienda y escribimos. Tenemos prevista una caminata literaria por Ciudad Universitaria y Parque Sarmiento, pero estamos esperando que el clima acompañe.
– ¿Qué transformaciones notaste en los y las participantes a lo largo del tiempo?
Lo que escribimos habla de nosotros: quiénes somos, qué buscamos, qué nos interesa, qué nos duele, qué nos da miedo. Con el tiempo, uno va aprendiendo a encontrar esos subtextos en las producciones de los/as participantes. Son recurrencias, u obsesiones, como quieran llamarles, que aparecen bajo distintos disfraces. Así que más que las transformaciones, uno como coordinador puede asomarse más a las esencias. En lo que concierne al estilo, en cambio, sí se puede observar cómo poco a poco van incorporando los trucos y las estrategias que practicamos en cada sesión.
– ¿Publicaron o piensan publicar algo con los textos del grupo?
Es un anhelo. Al mismo tiempo es algo que conlleva su maduración y no depende solo de nuestros deseos. Particularmente no me identifico con la idea de publicar por publicar. Primero debemos tener algo importante para decir. Algo que pueda ser interesante para nosotros y para el público lector. Tal vez a partir de tu pregunta nos pongamos a pensar en ello y después, en el prólogo escribamos “Gracias a la periodista por motivar con sus preguntas esta publicación”.
– ¿Me podrías contar más acerca de los retiros literarios y de la diplomatura en escritura creativa?
El retiro literario es una categoría que importamos del mundo académico estadounidense. Al igual que el taller, también comenzamos en 2022. El propósito fue tener una experiencia integral: escribir, leer, pero también almorzar y desayunar cosas ricas en un entorno natural, puntualmente en Mariápolis, una casona histórica construida por Pedro Luro en Alta Gracia, rodeada de jardines y un extenso parque con pinos, eucaliptos y árboles frutales. Nos pasamos todo un sábado desde la mañana hasta la tarde escribiendo y aprendiendo, como así también, fortaleciendo el vínculo humano entre los participantes y las hermosas historias que tienen para contar.
La diplomatura en escritura creativa, tal como lo indica su etiqueta, consiste en una propuesta más de estilo académico. Apunta a la formación de los cursantes, profundizando en saberes y cuestiones técnicas de la disciplina. Vale aclarar que la escritura creativa en muchas partes del mundo forma parte del abanico de propuestas que realizan las universidades, ya sea como extensión o como formación de posgrado. Existe una gigantesca biblioteca sobre este campo y abordarlo de manera sistemática implica -muchas veces- un riguroso estudio. En nuestro caso la iniciamos en 2023, junto con la Universidad Católica de Córdoba; ahora en agosto arranca la 3era edición. Se trata de una propuesta a distancia, en la que se inscriben participantes de todo el país y del exterior. Son grupos grandes -de más de treinta personas-, con aula virtual y encuentros por videoconferencias. Trabajamos sobre procesos creativos y procesos de escritura, el concepto de ficción y sus elementos, estrategias narrativas, formatos, etcétera. Abarca un periodo de cuatro meses y medio, por lo tanto, se asimila bastante a una trayectoria de enseñanza/aprendizaje formal (lleva calificación y asistencia).
Así, el taller de escritura creativa de La Librería del Palacio continúa siendo una gran oportunidad para quienes buscan desarrollar su potencial literario en un ambiente colaborativo y estimulante. Para sumarte a las próximas sesiones y conocer más detalles, las inscripciones se gestionan a través de la página de Instagram @libreriadelpalacio.