Los dirigidos por Gonzalo Quesada, que venían de ganar la Conferencia Sudáfrica en la fase clasificatoria, completaron un partido soñado.
Fueron por demás efectivos en los lines en el inicio del juego, aplicaron una gran dosis de intensidad a la marca y, principalmente, demostraron actitud y confianza en su juego, pese a una ligera meseta en el cierre de la etapa inicial.
El próximo viernes, Jaguares intentará acrecentar esta epopeya en la final, instancia en la que se medirá con el ganador del choque de neocelandeces entre Crusaders y Hurricanes.
Jaguares celebró ante aproximadamente 40 mil personas en la fría noche de Liniers, y se ilusiona con dar un gran golpe. Si Crusaders se convierte en el otro finalista, el juego decisivo ante el actual bicampeón se disputará en Nueva Zelanda. Si el rival es Hurricanes, la final se disputará en Vélez.