Un posible error podría desmoronar la llegada de Cristian Medina a Estudiantes de La Plata, el inicio de la denominada “revolución” en el fútbol argentino. Es que Boca, según trascendió en las últimas horas, denunció ante la AFA que el pago de la cláusula de rescisión del mediocampista se realizó desde una cuenta personal del grupo Foster Gillett, el empresario estadounidense que busca un acuerdo con el León para inyectar una inversión económica que, hasta el propio presidente de la Nación, Javier Milei, reconoció que sería el puntapié inicial del desembarco de las Sociedades Anónimas Deportivas (SAD) en la Argentina.
Esa situación está penada por la FIFA, ya que el pago de los US$ 15.000.000 previstos en el contrato del futbolista debía ser ejecutado por el propio jugador o el club que lo contrata. El Departamento de Legales de la AFA resolvería el caso entre hoy y mañana.
El pase, de todas formas, no fue oficializado hasta el momento por Estudiantes, salvo por una historia de Instagram del presidente Juan Sebastián Verón. “Bienvenido a la revolución”, había escrito la “Brujita” hace dos semanas.
“La relación es entre Estudiantes y el jugador (Medina). Él decidió ejecutar su cláusula, estamos pensando en terminar todo estos días y que el jugador esté en el Country pronto”, había explicado el vicepresidente del conjunto platense, Martín Gorostegui.