Las sonrisas fueron amplias en el podio. Algunas son de desahogo, de bronca contenida, de demostración de superioridad; otras representaron esa alegría de lo que solo se consigue pocas veces. En esas últimas están las de Esteban Ocon y Pierre Gasly, los invitados impensados en el podio del Autódromo José Carlos Pace, donde Max Verstappen dio una clase de manejo, tras largar 17° y volver a la victoria después de cinco meses y medio, lo que le permitió también romper el récord de Michael Schumacher de mayor periodo como líder del campeonato, fijado en 896 días.
Diez carreras pasaron desde el 23 de junio en el que celebró el triunfo en el GP de España, su racha más larga después de las 11 en 2020. Aquí, bajo la lluvia, Verstappen volvió a subirse a lo más alto de un podio, lugar que no había visitado en seis pruebas desde aquella en Cataluña. Y, además, sumó 26 puntos tranquilizadores -que se sumaron a los cinco del cuarto puesto en la Sprint- en su camino al cuarto título mundial, ya que le sacó 62 a su máximo competidor, Lando Norris, que volvió a tener una mala largada con el McLaren.
Salir desde el fondo no fue ningún impedimento para ganar la prueba en Brasil, ya que en una vuelta, apenas, “MadMax” se colocó en la zona de puntos y cuando la carrera se paró por el choque de Franco Colapinto ya estaba segundo, en la cola de Ocon. Luego, la estrategia y el gran manejo bajo la lluvia hicieron el resto: aprovecharon esa parada gratis para cambiar los neumáticos y apenas volvió a reiniciarse la carrera, luego de que el Safety Car reingresara por el retiro de Carlos Sainz, pasó al francés.
Por su parte, nada fue como soñaba Colapinto este fin de semana, que empezó con la muerte de su abuelo antes de la primera actividad del Gran Premio de San Pablo y terminó con su primer abandono en seis competencias. Por eso, la sonrisa no apareció ni cuando salió a saludar a cientos de argentinos que aguardaron pacientes en la recta principal cuando ya habían pasado casi dos horas del final de la carrera y le dieron una muestra más de un apoyo increíble.
Desde la Qualy, para Colapinto el problema fue la pista mojada y complicada, especialmente a la salida de la S de Senna. Fue allí donde se despistó y chocó su Williams en una Q1 que había comenzado con un gran tiempo (1m31s270 milésimas), que lo había puesto noveno. Se bajó del auto y lo observó con tristeza hasta que un comisario lo tomó del brazo y lo sacó de la escena.
Luego, en una carrera loca e interrumpida que comenzó con una doble vuelta previa, el argentino hizo una salida prolija, cuidándose del poco agarre en una pista complicada y aún así se puso 12° en la primera vuelta, detrás de los campeones del mundo Verstappen y Lewis Hamilton, a quien luego adelantó en otra maniobra limpia mano a mano con el heptacampeón. Pero todo se complicó tras su ingreso en el giro 27 para cambiar las gomas intermedias, justo antes de que apareciera un Virtual Safety Car porque Nico Hulkenberg perdía el control del Haas y varios rivales decidieran pasar por boxes.
En el giro 31, apenas cuatro después de su primer cambio de neumáticos, Franco volvió a los boxes para “un ajuste del flap”, según la web de Williams, y recibiera otro juego de gomas intermedias. Casi instantáneamente, la bandera roja se desplegó: el bonaerense se había dado un fuerte golpe contra el paredón después de la 13. “El auto se destrozó. Estoy muy triste”, subrayó, con un tono bajo y sombrío, muy distinto del relajado que suele mostrar en la TV.