Lionel Messi interrumpió su paso de Inter Miami a la concentración de la Selección Argentina para realizar una parada especial en Barcelona. Tras firmar una actuación extraordinaria en la MLS —con dos goles y su asistencia número 400—, el Diez viajó a la ciudad catalana y, en la noche del domingo, realizó una visita inesperada a las obras del nuevo Camp Nou.
El viaje relámpago fue breve, pero cargado de significado. Según reportó el medio catalán Sport, Messi se alojó en el Hotel Princesa Sofía y, junto a Rodrigo De Paul, compartió una cena antes de dirigirse al estadio. El volante de la Albiceleste, también su compañero en Inter Miami, tuvo un rol clave: fue quien tomó las fotografías y los videos que luego se viralizaron en redes sociales.
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La visita, de fuerte carga simbólica, no contó con coordinación previa con la dirigencia del club. De hecho, la prensa catalana informó que la llegada de Messi tomó por sorpresa incluso al personal de seguridad. El gesto vuelve a poner en evidencia el vínculo dañado con la actual cúpula del Barça, encabezada por Joan Laporta. El astro no pisaba el Camp Nou desde su salida en agosto de 2021.
En su publicación, Messi expresó el profundo lazo que lo une al estadio: “Anoche volví a un lugar que extraño con el alma. Un lugar donde fui inmensamente feliz…”. La parte más contundente del mensaje alude a su despedida inconclusa de 2021: “Ojalá algún día pueda volver, y no solo para despedirme como jugador, como nunca pude hacerlo”.
El mensaje, tan emotivo como directo, llegó apenas dos días después de que Laporta sugiriera que un homenaje a Messi sería “la forma más hermosa de inaugurar el nuevo estadio”. Aunque el rosarino renovó su contrato con Inter Miami hasta 2028, su deseo de cerrar el ciclo con un adiós frente a su gente sigue tan latente como su vínculo con el club que marcó su historia.









