La Selección Argentina derrotó a Croacia por 3 a 0, en la semifinal del Mundial Qatar 2022. El capitán argentino abrió el marcador de tiro penal a los 34 minutos del primer tiempo y a los 24 del segundo, después de una maniobra memorable, asistió para el tercero a Julián Álvarez, quien había ampliado diferencias antes del descanso, con una espectacular acción individual.
En la noche que igualó al alemán Lothar Matthäus como el futbolista con más partidos en los Mundiales (25), Lionel Messi se constituyó además en el máximo goleador argentino de la competencia con 11, uno más que Gabriel Batistuta.
No siempre los resultados se explican con el desarrollo, y lo sucedido durante el primer tiempo encuadra en esa categoría de partidos. Es que hasta la apertura del marcador el juego favorecía a los croatas, no tanto por llegadas sino por gestión de balón.
Argentina comprobó en los primeros 25 minutos la reputación del mediocampo compuesto por Luka Modric, Marcelo Brozovic y Mateo Kovacic, quienes le dieron a su equipo buena circulación, ayudados por los laterales y los extremos para poder generar superioridad numérica. Lionel Scaloni, consciente de esa virtud rival, dispuso el ingreso de Leandro Paredes para ganar la batalla en esa zona, donde Rodrigo De Paul y Enzo Fernández fueron los mejores por presión y pase.
De hecho, la situación que derivó en el penal la generó el mediocampista ex River Plate con un pase al vacío para Julián, que aprovechó un hueco entre los centrales para ponerse cara a cara con el arquero Dominik Livakovic, quien lo embistió al momento de la definición.
Tras el delirio por el gol de Messi, Croacia sintió el golpe de verse en desventaja y la tendencia del juego también cambió en favor de Argentina. Cinco minutos después, el oriundo de Calchín tuvo una aparición asombrosa: bloqueó un centro en posición defensiva, recogió la pelota en campo propio, a la altura del círculo central, lideró una contra a pura velocidad y definió ante la salida del arquero tras verse favorecido con dos rebotes ante la marca de Jospi Juranovic y Borna Sosa.
El técnico croata, Zlatko Dalic, se fue al vestuario con la mirada en el piso, meneando la cabeza, incrédulo por cómo el partido le quedó cuesta arriba en tan breve lapso. Las modificaciones ofensivas en el descanso y al principio del segundo tiempo le dieron al equipo más juego por los costados.
Por ello, Scaloni respondió con el ingreso de Lisandro Martínez para formar la línea defensiva de 3-5 que ya le dio buenos resultados en esta Copa del Mundo. De esa forma pudo controlar los últimos intentos de Croacia antes que la semifinal quedara totalmente resuelta gracias a una genialidad de su capitán.
Messi armó una jugada personal por la banda derecha, arrastró la marca de Josko Gvardiol, un duro zaguero de 20 años, y le entregó el tercero a Álvarez para celebrar de cara al público argentino.
Esta vez el seleccionado argentino no tuvo que sufrir como le pasó con Australia y Países Bajos en instancias anteriores. La amplitud del resultado y los cambios le quitaron ritmo al partido y lo transformaron en una dulce espera del festejo final.
De esta manera, Argentina cumplió su objetivo: es nuevamente finalista del Mundial y el domingo, “cueste lo que cueste” irá por el sueño de todo el país. La Selección jugará su sexta final mundialista con el ganador de la semifinal que Francia -defensor del título- y Marruecos animarán hoy desde las 16 en el estadio Al Bayt.
La gran definición será a las 12 en el estadio Lusail, donde anoche más de 80.000 seguidores albicelestes, de todas las nacionalidades deliraron con una eventual consagración.