Un policía cada cuatro espectadores en el Stade de France, el presidente Emmanuel Macron junto a Nicolas Sarkozy y François Hollande codo a codo y un frio tan glacial como las relaciones franco israelíes, en un partido intrascendente ayer entre Francia e Israel pero magnificado por la importancia geopolítica tras los disturbios días atrás en Ámsterdam.
Algunas tensiones se produjeron en un estadio con solo 13.000 espectadores y un grito se escuchó durante algunos segundos: “Liberen los rehenes”. Los fans israelíes lanzaron una pelea en la tribuna norte del estadio contra pro palestinos, después de haber gritado “Israel vivirá, Israel vencerá”.
La policía los separó y se instaló un grupo de seguridad en el medio. También los israelíes cantaron una canción contra Hamás. Antes, habían llegado en ómnibus especiales y protegidos por la policía 600 fans israelíes al estadio.
Por otra parte, los pro palestinos no mostraron ningún signo y las banderas palestinas estaban prohibidas. Cabe recordar que, a principios de noviembre, los aficionados del club de fútbol Maccabi Tel Aviv fueron atacados en las calles de la ciudad de Países Bajos, tras un match contra el Ajax.
Este hecho motivó a las autoridades francesas a reforzar la seguridad en los alrededores y en el Estadio de Francia, luego que Israel acusara a Europa de antisemitismo.