Betina Soriano atravesó uno de los momentos más felices de su carrera: volvió a ser convocada a la Selección Argentina y disputará la Copa América, que este martes a las 18 tendrá el debut de la Albiceleste ante Uruguay. “Volver a vestir esta camiseta es lo máximo. Es el sueño de toda futbolista”, expresó con emoción desde la concentración, con la ansiedad lógica de quien sabe que está a las puertas de una nueva oportunidad.
La noticia la sorprendió. Hacía tiempo que no formaba parte de una convocatoria nacional y su presente parecía enfocado en Belgrano, el club de sus orígenes, al que volvió este año y con el que firmó su primer contrato profesional. “Cuando me llamaron no lo podía creer. Pero hoy el fútbol femenino tiene mucha más visibilidad. Juego en un torneo competitivo, y cuando una deja todo por el club, los resultados llegan solos”.
A sus 30 años, la delantera cordobesa se reencontró con la celeste y blanca luego de una gran temporada con Belgrano. “Estoy disfrutando mucho esta oportunidad. Fue una sorpresa grande para mí, pero una vez que llegamos, nos enfocamos rápido en el objetivo. Estoy ansiosa por el inicio del torneo”, confesó.
Su nombre regresó al radar de la Selección tras un semestre destacado con Las Piratas. “Jugar en un torneo competitivo como el local me ayudó a estar en la mira. Cuando una lo da todo por su equipo, los resultados llegan solos”, afirmó. Y no se olvidó de quienes la rodean: “Esto no lo logré sola. Se lo debo también a mis compañeras, al cuerpo técnico, a los dirigentes y a mi familia. Siempre estuvieron ahí”. Y sumó: “Cuando recibí la convocatoria, lo primero que hice fue pensar en mi familia”, contó. “Todo lo que hago, lo hago con ellos en la cabeza. Este presente también es suyo”.
Además de futbolista, Betina es cabo primero de la Policía. Su historia llamó la atención por la manera en que logró combinar esas dos vocaciones. “Son profesiones distintas, pero tienen algo en común: la dedicación, el profesionalismo, las ganas de dar lo mejor en cada lugar. A veces es muy sacrificado, pero estoy feliz con la vida que llevo. Nunca dudé entre una cosa y la otra”.
En la Policía la recibieron con alegría. “Muchos me felicitaron, me dijeron que era merecido por tanto esfuerzo. Uno que está dentro de esto sabe lo que cuesta, el entrenamiento, el cuidado, el profesionalismo. Por eso lo compartí con todos. Fue muy lindo todo lo que viví en este último tiempo”.
El llamado de Germán Portanova la sorprendió, pero ella ya estaba preparada. “Mi trayectoria me ayudó a ganarme un lugar. Pasé por muchos equipos, viví muchas cosas, y todo eso me formó como jugadora. Siempre digo que lo importante es no ponerse un techo y rodearse de gente que te haga crecer”.
Su regreso a Belgrano, el club donde dio sus primeros pasos, también tuvo mucho que ver. “Volver a mi casa fue hermoso. Me abrieron las puertas y me trataron muy bien. Firmé mi primer contrato profesional con Belgrano. No puedo pedir más: juego en mi provincia, con mi familia cerca, en el club que me vio crecer”.
Con Las Piratas disputó una gran primera parte del año, en la que salieron subcampeonas. “Estamos trabajando muy bien. Queremos llevar a Belgrano lo más alto”, dijo. El regreso de Talleres a Primera también sumó atractivo: “Ya jugamos el primer clásico. Que Belgrano y Talleres estén en la máxima categoría le hace muy bien al fútbol femenino y al fútbol del interior”.
En la antesala del torneo continental, Betina destacó el trabajo colectivo. “Hace semanas que venimos entrenando a full. Las sensaciones en el grupo son muy buenas. Sabemos que va a ser duro, pero estamos listas para competir”.
Argentina compartirá grupo con Uruguay, Chile, Ecuador y Perú. Betina sueña con que esta Copa no sea solo una competencia más, sino un nuevo punto de partida: “Ojalá dejemos huella. Por nosotras y por todas las que vienen detrás”.
Betina habló también del crecimiento del fútbol femenino en los últimos años: “Ha cambiado muchísimo. Hoy hay categorías inferiores, clubes que invierten, chicas que se animan a jugar desde chicas, familias que acompañan. Es el resultado de la lucha de muchas. Lo que falta es seguir profundizando la inversión, la visibilidad y la profesionalización. Pero no tengo dudas de que en 10 o 15 años se va a notar todo este trabajo”.
Desde su historia, su mensaje inspira. A las nuevas generaciones, les dejó una frase clara: “Que se animen, que no tengan miedo. Ver tantas nenas jugando, con sus familias apoyando, demuestra que la realidad cambió. Hay que seguir soñando y luchando. Porque correr detrás de una pelota es lo más lindo que hay”.
Por último, Soriano dejó en claro que todavía tiene sueños por cumplir. “Me encantaría ganar un título con la Selección. También consagrarme con Belgrano. Hay sueños que van apareciendo con el tiempo, pero siempre tengo uno adelante para seguir luchando”.