Una de las más graves consecuencias de la crisis económica que atraviesa nuestro país es la caída del poder adquisitivo. Para calcularlo se toma el aumento de precios y de salarios que registran todos los meses el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) y el Ministerio de Producción y Trabajo de la Nación.
En marzo último, en promedio, el sueldo bruto registrado con aportes jubilatorios fue de $38.884. Un año atrás era de $28.072, lo cual equivale a un incremento de 38,5%. Sin embargo, en esos mismos 12 meses, la inflación llegó al 54,7%. De esta manera, la pérdida del poder adquisitivo fue de 16,2%.
Los datos de los salarios corresponden a la Remuneración Imponible de Trabajadores Estables (Ripte) de la cartera laboral. Por tratarse de sueldos brutos es preciso descontar los aportes de jubilación y salud (17%). Así, el sueldo neto a marzo se reduce de $38.884 a $32.273. Si los salarios hubieran seguido la evolución de la inflación, el sueldo promedio debería ser de $45.630, es decir, $6.746 mayor.
La complicada situación de los salarios vs. inflación fue abordada por Ecolatina en su último informe. Según el equipo de economistas de la organización, los salarios registrados siguieron creciendo por debajo de la inflación en el primer cuatrimestre del año.
En ese marco, y como consecuencia de la incertidumbre política que genera el calendario electoral, la consultora señaló que la pérdida interanual de poder adquisitivo continúa en niveles similares a los del cierre de 2018 y que habrá que esperar a 2020 para que se recupere el salario real. “Podemos afirmar que aún en un escenario optimista, el salario real no se recuperará este año. Por lo tanto, la mejora del consumo, y en consecuencia del PBI (Producto Bruto Interno) deberá esperar, por lo menos, hasta 2020”, añadió la consultora.
Al retroceso del poder adquisitivo hay que sumarle la caída del empleo asalariado registrado. Según Trabajo, a febrero los asalariados registrados del sector privado sumaban 6.148.700. En diciembre de 2015 sumaban 6.240.133, lo cual representa 91.433 empleos menos. A su vez, la mitad de los trabajadores registrados –poco más de tres millones –cobran menos de $30.500 de sueldo bruto, lo que reduce el sueldo de bolsillo a menos de $25.300.
Cabe destacar que, según los datos oficiales, los sueldos de los trabajadores informales son más bajos aún. Estos datos, sumados a la caída de las jubilaciones y prestaciones sociales y de los trabajadores por cuenta propia, explican la caída del consumo.