La devaluación del peso luego de las elecciones primarias llevó a los ganaderos argentinos, que exportan gran parte de su producción, a restringir la oferta interna y esperar a que pase la volatilidad que muestra la moneda local por estos días. Este acontecimiento provocó una suba en los precios de mostrador que en parte fue absorbido por los carniceros, para no perder clientes.
“Los ganaderos redujeron el suministro de ganado debido a la incertidumbre, por lo que los precios del ganado aumentaron un 18%. Pero no puedo aumentar mi precio minorista en más de un 10% sin perder clientes”, señaló Carlos Príncipe, dueño de una carnicería”. A pesar del aumento, según la agencia Reuters, los argentinos ajustaron sus presupuestos para continuar consumiendo carne.
“El recorte de la oferta tuvo el efecto de aumentar los precios. Muchos argentinos siguieron comprando carne pero, sin embargo, optaron por recortar los presupuestos familiares en otras áreas antes de privarse de su principal fuente de proteínas”, destacaron.