El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció que restablecerá “de inmediato” los aranceles a las importaciones de acero y aluminio procedentes de Brasil y Argentina. En un mensaje difundido a través de las redes sociales, el mandatario atribuyó la decisión a la “masiva” devaluación que registraron el real y el peso y a sus consecuencias en la actividad de los agricultores estadounidenses.
Cabe recordar que la Casa Blanca había impuesto aranceles de 25% al acero y de 10% al aluminio a comienzos de 2018, en el marco de la guerra comercial con China. Sin embargo, tras una extensa serie de negociaciones, decidió exceptuar a la Argentina. Ahora, nuevamente, el panorama es inverso.
Las razones que esgrimió Trump no fueron suficientes para explicar por qué tomó esa decisión. Si bien aseguró que favorecerá a los agricultores, la conexión no está clara.
Para Mark Jones, experto en Argentina de la Universidad Rice, ubicada en Texas, se trata de una iniciativa “puramente electoral”. Según el experto, el presidente de Estados Unidos busca apoyo para su reelección en estados claves como Iowa, Carolina del Norte y Wisconsin, en el marco de la guerra comercial con China. “Con esta medida, Trump muestra que está luchando para el campo, aunque sólo para la vidriera, porque la medida no va a traer beneficios reales importantes para ese sector”, advirtió.
No obstante, Jones afirmó que sí tendrá un impacto positivo para las industrias del acero y aluminio en Estados Unidos: reducirá la competencia del Cono Sur y generará un leve incremento en la producción y en el empleo en estados claves como Michigan, Ohio, y Pennsylvania. De cualquiera manera, el efecto será marginal puesto que, de acuerdo con la Casa Rosada, lo que se exporta de Argentina es sólo un 0,6% del total de las importaciones del país del norte.
Por el contrario, las consecuencias para el sector exportador, en nuestro país, serán nefatas. La Argentina envía anualmente a los Estados Unidos aluminio por unos US$ 400 millones y acero por unos US$ 300 millones. Es el destino más importante de las exportaciones argentinas.
La respuesta de la Casa Rosada estuvo a cargo del ministro de Producción y Trabajo, Dante Sica. “Fue un tema inesperado, no había ninguna señal ni a nuestro gobierno, ni al de Brasil, ni al sector privado que podía haber algún cambio en las condiciones en que estaba desarrollándose el acuerdo que teníamos con Estados Unidos”, indicó el funcionario.
“El Gobierno funcionó en piloto automático”
La principal empresa que produce y exporta aluminio a Estados Unidos es Aluar. Tras conocerse el anuncio de Trump, el presidente de esa empresa, Javier Madanes Qintanilla, aseguró que la medida impactará fuertemente en la actividad de la empresa y criticó con dureza “la inoperancia” del gobierno nacional. “Lo que pega más fuerte es la absoluta inoperancia que hemos tenido en una serie de manejos de cómo llevar la relación comercial internacional, y hacer un diagnóstico concreto de la actividad sectorial que permita enfrentar este tipo de contratiempos, cuando sabemos que estos temas vienen mal barajados”, sostuvo el empresario. “En una primera etapa se hizo la gestión correcta. Luego, nos quedamos dormidos en los laureles, sin hacer una gestión adicional”, aseguró añadió. Para el empresario, el gobierno del presidente Mauricio Macri “puso piloto automático y estas son las consecuencias”.