Faltan días para que el presidente de la Nación, Mauricio Macri, deje su cargo al frente del Poder Ejecutivo. Llegó a la Casa Rosada en medio de una serie de promesas que no pudo cumplir y que ahora se convirtieron en graves deudas sociales. Sin dudas, la más importante fue la aclamada “pobreza cero”.
El mandatario nacional no sólo incumplió su promesa. Por el contrario, sus decisiones políticas y económicas agravaron la situación de miles de argentinos y sus consecuencias son evidentes.
Según el Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica de Argentina (UCA), la pobreza registró un incremento en el tercer trimestre del año y ya afecta al 40,8% de la población urbana. El porcentaje equivale a 16 millones de personas pobres. Si se incluye a la población rural, el número llega a los 18 millones. De ese total, el 8,9% -3,6 millones- corresponde a personas en situación de indigencia.
De esta manera, el presidente Macri se despide con un fuerte aumento de la pobreza. En diciembre de 2015, el indicador se ubicó en el 30%. El avance, durante la gestión de Cambiemos, fue de 10,8%. Son 4.500.000 nuevos pobres.
Los datos del Observatorio son los más altos de una serie que arrancó en 2010. Corresponde a la llamada “pobreza de ingresos”, un dato que surge de la comparación entre los ingresos de los hogares y los valores de las canastas básica y alimentaria. Si bien los datos pertenecen al tercer trimestre del año, se estima que la situación se agravará durante el próximo período.
El detalle del estudio permite observar qué sectores son los más afectados por la pobreza en la actualidad. El flagelo afecta al 59,5% de los menores de 17 años, lo cual refleja “una persistente infantilización de la pobreza en la Argentina urbana”. Son más de siete millones de chicos y adolescentes que viven en hogares cuyos ingresos no alcanzan para comprar los artículos básicos de consumo. Es un aumento de 13,4% con relación al 46,1% registrado en la medición de 2015. De ese total, más de 1,5 millones de niños, niñas y adolescentes viven en hogares indigentes.
Ayer, en cadena nacional, el jefe de Estado reconoció que no se va “satisfecho con el resultado de la economía, ni con la lucha contra la pobreza”. Sin embargo, destacó a modo de consuelo, que “hoy estamos mejor preparados para crecer”.