El contrato con los países acreedores abre la posibilidad de 60 días como plazo de gracia para realizar el pago antes de que Argentina caiga en default de manera oficial. Durante ese tiempo, el presidente Alberto Fernández confía en lograr una postergación de ese pago, luego de entrevistarse con varios líderes europeos.
Fernández gestionó presencialmente esa postergación ante las máximas autoridades de Portugal, España, Francia e Italia, y la semana pasada mantuvo un encuentro virtual en el que trató el tema con la canciller alemana, Angela Merkel.
El plazo de gracia de parte de club de gobiernos acreedores (de Europa, pero también de los Estados Unidos, Canadá, Rusia, Australia, Israel, Brasil, Japón y Corea del Sur) abrirá además un nuevo espacio para seguir negociando la reprogramación de la deuda de 45.000 millones dólares con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Las autoridades del Club de París aguardan ese arreglo con el organismo multilateral que dirige Kristalina Georgieva para reprogramar su propio acuerdo, que data de mayo de 2014 y fue cerrado por el entonces ministro de Economía (hoy gobernador bonaerense), Axel Kicillof.