La industria textil alertó sobre las consecuencias de la desregulación del comercio exterior y la falta de control sobre las plataformas digitales, que facilitaron lo que describen como una “avalancha” de indumentaria de origen chino de baja calidad, con impacto directo sobre una cadena de valor que emplea a 500.000 personas. La Fundación ProTejer advirtió que “lo barato puede salir caro” ante un escenario donde la competencia queda “claramente distorsionada”.
Según la entidad, China ya concentra más del 70% de las importaciones textiles y desplaza producción nacional en casi todos los segmentos. Entre enero y octubre, las compras de origen chino crecieron 109% interanual, y alcanzan participaciones de 94% en tejidos de punto, 71% en indumentaria y 68% en confecciones terminadas. El Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), informó que el sector registró en octubre la mayor baja interanual: -24%.
Los industriales sostienen que la indumentaria china ingresa con “ventajas imposibles para cualquier fabricante argentino”: sin certificaciones de calidad, sin valores de referencia, sin etiquetado ni trazabilidad y, en muchos casos, sin pagar impuestos.
El informe remarca el crecimiento de compras realizadas a través de Shein, Temu y AliExpress, que se expandieron tras los cambios al régimen puerta a puerta. Estas plataformas operan bajo esquemas simplificados que permiten el ingreso de productos por vía aérea sin intermediarios locales. ProTejer sostiene que se benefician de “envíos fraccionados, menores exigencias aduaneras y subsidios logísticos” otorgados por China mediante programas como ePacket y China Post.
Respuestas en otros países
El estudio detalla medidas implementadas en el exterior frente al avance del ultrafast fashion. Francia aplica un ecoimpuesto por prenda y exige trazabilidad. Estados Unidos eliminó la exención de de minimis, lo que obliga a pagar impuestos y cumplir controles sin importar el valor del paquete. México, en tanto, incorporó un arancel de 33,5% a envíos de países sin acuerdo comercial y exige registración fiscal a las plataformas.
ProTejer señala que estos cambios buscan “equiparar condiciones entre productos digitales y locales”, y advierte que la Argentina aún no avanzó en medidas similares.
Debate regulatorio local
En el ámbito interno, el informe menciona la iniciativa del diputado Miguel Ángel Pichetto, que propone un registro fiscal obligatorio y aranceles específicos para compras en plataformas extranjeras. El estudio sostiene que el crecimiento del comercio electrónico transfronterizo plantea desafíos en materia de recaudación, trazabilidad y estándares de calidad, debido a la falta de certificaciones técnicas, controles químicos y etiquetado uniforme.
ProTejer concluye que el eje del debate global es “cómo regular el comercio digital para asegurar competencia leal y niveles mínimos de seguridad”, un proceso que distintos países ya comenzaron a implementar mediante reformas aduaneras y fiscales.
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