El Gobierno nacional oficializó una nueva quita de subsidios a las tarifas de los servicios de luz y gas, que pegará de lleno en los sectores medios y bajos, ya que reduce los topes máximos de consumos subsidiados para los usuarios de las clases menos favorecidas, en medio de una creciente crisis social.
Los nuevos lineamientos fijados por el Ejecutivo se conocieron ayer mediante cuatro resoluciones publicadas en el Boletín Oficial, enmarcadas dentro de la “etapa de transición para pasar de subsidios generalizados a focalizados”, que va desde el 1 de junio al 30 de noviembre. Actualmente, los subsidios están segmentados de acuerdo a tres tipos de hogares: los de ingresos altos (N1), ingresos bajos (N2) e ingresos medios (N3).
El área encabezada por Eduardo Rodríguez Chirillo dispuso actualizar el Precio Estacional de la Energía (PEST) eléctrica para el período mayo-octubre a $57.214 por megawatt hora (MWh) para todos los usuarios residenciales. Este valor no se actualizaba desde el año pasado. En los hechos, significa que los hogares recibirán boletas de la luz con aumentos de hasta un 155,9% para los niveles de ingresos medios, un 99,3% para los de ingresos bajos y un 22,8 % para los altos. Este ajuste se debe también a los cambios aplicados en los topes de consumo subsidiados para los niveles N2 y N3, que fueron reducidos drásticamente: 250 kWh/mes para los hogares de ingresos medios (contra 400 kWh/mes anterior) y de 350 kWh/mes para los más pobres, “dejando sin efecto el hecho de que estos usuarios no tenían ningún límite al consumo subsidiado”. Por encima de esos niveles de consumo, los usuarios pagarán entonces la tarifa plena, sin ningún tipo de subsidio (que llegan hasta el 71,9% en hogares de ingresos bajos y el 55,9% en los de ingresos medios).
Para el caso del gas, el Gobierno simplificó el esquema tarifario distribuyendo el costo del recorte de subsidios entre todos los usuarios, incluyendo a los de clase media (que afrontarán aumentos en las boletas del 9%) y baja (que tendrán un aumento de hasta el 32%), según los valores de generación eléctrica, las tarifas de transporte, distribución e impuestos. Aquí, la Secretaría de Energía también actualizó el precio de gas natural en el Punto de Ingreso al Sistema de Transporte (PIST) -que se traslada a las tarifas finales- estableciendo un costo para el período mayo- octubre en US$ 4 por millón de BTU. Los usuarios de N1 (altos ingresos) continuarán pagando la totalidad del precio PIST, ya que no perciben subsidios; mientras los usuarios N2 tendrán una bonificación del 64% sobre el precio que pagan los de altos ingresos y los residenciales N3 tendrán una bonificación del 55% sobre el PIST.
Como en el caso de la luz, el Gobierno también bajó los topes de consumo subsidiado para los N2 y N3, unificándolos en 41 m3 mensuales. A partir de esta decisión, se considerará “consumo excedente” y los usuarios pagarán el costo pleno del servicio por encima de ese nivel de consumo. Asimismo, el Gobierno estableció la posibilidad de una actualización tarifaria mensual en todos los servicio bajo el argumento de que “en época de escasez y de ajuste de los recursos del Estado es necesario rever y reordenar los subsidios para contribuir al equilibrio fiscal sin descuidar la ayuda a los usuarios vulnerables”.
El ajuste golpea más fuerte en los pobres
Las clases media y baja son las que más sintieron el impacto de la inflación y el plan de ajuste del gobierno de Javier Milei durante el primer tramo del año, según el último informe de “Social Mood” (humor social) de la consultora Moiguer.
El estudio señala que la clase media comenzó a presentar niveles de ajuste por sobre el promedio en el bimestre abril/mayo de este año, si bien la caída del poder adquisitivo abarca a casi todos. Según la encuesta, el 54% de los consultados considera que la capacidad de consumo de su hogar es “peor o mucho peor” que la de hace un año; mientras el 72% afirma que los ingresos de su hogar “están por debajo de la inflación”; el 55% declara que “posee deudas”; y el 56% debió utilizar ahorros para pagar gastos del presupuesto cotidiano.
A la vez, cuando se les preguntó a los encuestados qué “consumos hedónicos” había realizado en los últimos 30 días (como salidas o compras de indumentaria y de tecnología), el 53% y 57% de los integrantes de las clases media-baja y baja, respectivamente, dijeron “ninguno”, por encima del promedio general del 51%.