La actividad económica creció 5,6% en abril respecto del mismo mes de 2024, según el Índice General de Actividad (IGA) que elabora Orlando J. Ferreres & Asociados. El informe mostró también una mejora mensual del 1,3% desestacionalizada, marcando así siete meses consecutivos de crecimiento interanual.
En el acumulado de los primeros cuatro meses de 2025, el nivel de actividad avanzó 6,6%. La consultora destacó que el indicador ya recuperó “casi todo el terreno perdido en la serie desestacionalizada”.
Desempeño por sectores
El sector agropecuario fue uno de los pocos en retroceso, con una contracción interanual del 5,2%. La actividad agrícola cayó 7%, mientras que la ganadera creció 4,8%. En el acumulado del cuatrimestre, este rubro registró una baja del 1,3%.
En contraste, la industria manufacturera mostró un avance del 3,1% anual en abril, y 4,1% en lo que va del año. La producción creció 1,2% desestacionalizada. Sobresalieron sectores como minerales no metálicos, maquinaria y metales básicos.
Electricidad, gas y agua anotaron una caída del 2,5% anual y ya suman seis meses seguidos en baja. Según Cammesa, la demanda residencial fue la principal causa de la retracción energética.
El sector minero se expandió 5,6% en abril y 6,3% en el cuatrimestre, manteniendo más de tres años de crecimiento sostenido. Se destacó el incremento del 12,2% en la producción de petróleo y del 1,4% en gas natural.
Sectores dinámicos y proyecciones
Entre los sectores con mayor dinamismo se encuentran:
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Intermediación financiera: +29,8%
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Comercio mayorista y minorista: +6,7%
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Actividades inmobiliarias: +3,5%
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Transporte y comunicaciones: +1,3%
En tanto, la construcción retrocedió 1,9% interanual en abril, aunque acumula una mejora del 2,6% en lo que va del año.
Casi 70 % de empresarios de la construcción reportan caída en la actividad durante 2025
Proyección y desafíos estructurales
El informe señala que «la actividad continuará mejorando con un contexto macroeconómico más previsible, menor nominalidad y estabilidad cambiaria». No obstante, advierte que, en el mediano plazo, «el crecimiento deberá apoyarse en mayores niveles de inversión, mejoras en productividad laboral y una revisión del modelo fiscal para lograr un desarrollo sostenible».