Si bien no hubo anuncios concretos en la asunción del presidente Javier Milei, los medios de prensa porteños anticiparon en las últimas horas los ejes del plan económico que comenzará a desandar a partir de hoy bajo el mando del flamante ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo.
Con una reducción drástica del déficit como objetivo, el programa se asienta en cuatro columnas: un duro ajuste fiscal que lleve a las cuentas públicas rápidamente al equilibrio, una devaluación del tipo de cambio, una liberación de precios relativos como las tarifas o los combustibles y la eliminación de los pasivos remunerados del Banco Central como primer paso para la eliminación del cepo cambiario.
El propio Milei en su discurso inaugural en la explanada del Congreso Nacional aseguró que “no hay alternativa” al ajuste y al shock con medidas iniciales fuertes para afrontar la crisis y la herencia que calificó como “la peor de la historia”. Aseguró, sin embargo, que ese ajuste será ordenado y que caerá sobre “el Estado y no sobre el sector privado”.
Así las cosas, una de las primeras medidas que se anticipa es un recorte abrupto del gasto público con el objetivo de podar el 5% del Producto Bruto Interno, según anticipó el propio Milei, para llevar a las cuentas públicas al equilibrio fiscal en el primer año de gobierno. Los sectores sobre los que podría pasar la “motosierra” son los subsidios, transferencias a provincias y obra pública, así como también podría congelar sueldos o el presupuesto de las Universidades públicas, según algunos anticipos.
Al mismo tiempo, proyectan una fuerte disminución de la cuenta de subsidios, lo que implicará aumentos considerables de las tarifas de servicios públicos como luz, gas o incluso transporte, con una hoja de ruta y rapidez todavía a determinar. El programa Precios Justos será cerrado y las empresas productoras de bienes de primera necesidad tendrán, a priori, vía libre para aumentar los precios en las góndolas.
Estos incrementos generalizados serán acompañados además por una devaluación del peso de un alcance por ahora desconocido, aunque se especula que el dólar oficial pasará en las próximas horas a valer entre 650 a 800 pesos. Sería un ajuste cambiario de al menos 80%, para arrancar la gestión con una menor brecha cambiaria, inferior al 40%, aunque hay que ver cómo se comportarán las cotizaciones financieras e ilegal. La mayor incógnita está en la forma en que Caputo liberará los pasivos del BCRA, aunque se sabe que la idea sería que el Tesoro pase a hacerse cargo de esos pasivos.