Con buena parte del mundo atento al resultado de las negociaciones por la refinanciación de la deuda de 45.000 millones de dólares adquirida por el Gobierno de Cambiemos con el Fondo Monetario Internacional (FMI), que se espera se anuncie en las próximas horas, la prensa porteña aseguró que las discusiones estarían empantanadas en los recortes a los subsidios energéticos.
Según la versión, el staff del FMI exige al Gobierno un ajuste de las tarifas eléctricas del 60% para este año, exigencia que habría rechazado el propio presidente Alberto Fernández, quien reiteró que sólo autorizará un aumento promedio del 20% y la segmentación entre los usuarios de mayor capacidad económica. La propuesta presentada por Martín Guzmán establece que el déficit fiscal en 2022 será de 2.5 del Producto Bruto Interno (PIB).
El staff del FMI convalidó ese porcentaje de déficit, pero no cree en la forma de reducción del gasto que propone el ministro de Economía para cumplir con el primer tramo del acuerdo fiscal. En este contexto, Julie Kozack y Luis Cubeddu -los negociadores del Fondo- habrían reclamado que las tarifas eléctricas de 2022 aumenten en un 60%.
De esta manera, los subsidios bajarían un número similar (60%) y el déficit de 2022 quedaría en 2.5 del PBI. En números, con el recorte que reclama el FMI la Nación se “ahorraría” más de US$ 4.000 millones, mientras que con el ajuste que propone Argentina sólo se llegaría a US$ 550 millones en partidas energéticas, según datos que el mismo Gobierno plasma en ese documento. Sin embargo, Fernández estaría decidido a sostener el incremento de sólo el 20% para la luz y el gas (algo que ya se autorizó en la víspera, ver principal), con la promesa de extender la segmentación.