El Gobierno argentino avanza con las negociaciones con el FMI para replantear todo el programa vigente con el organismo multilateral, a lo que sumó el apoyo diplomático explícito de Brasil para lograr este cometido.
Tanto del lado del FMI como del Gobierno argentino afirmaron que se trabaja en el replanteo de un nuevo programa, con los efectos de la fenomenal sequía que afectó al país como disparador de las negociaciones.
El presidente Alberto Fernández dijo que «estamos trabajando con el Fondo y estamos renegociando», en un reportaje con Radio 10.
El jefe de Estado recordó que «es la primera vez» que se abre una renegociación de este tipo, producto de una «cláusula» incluida a pedido suyo en el momento del acuerdo, y vinculada con las consecuencias que podrían traer «conflictos mundiales».
«Lo hacemos porque cuando firmamos el acuerdo pusimos una cláusula que decía que si la economía argentina se veía sometida a alguna situación de estrés por conflictos mundiales o ambientales, los términos debían ser revisados», amplió el Presidente.
Fernández añadió: «Aplicamos esa cláusula porque en ese momento no teníamos certeza de cómo iba a afectar la pandemia y luego vino la sequía».
«Es la primera vez que se reabre la negociación. Yo me puse muy firme con una cláusula de ese tipo», insistió el mandatario, y agregó que con el cambio climático «estamos atravesando la peor sequía desde 1921».
Por su parte, el FMI confirmó que el organismo está trabajando con la Argentina «en estrecha colaboración con las autoridades en el contexto de la situación económica desafiante que la Argentina afronta, que fue exacerbada por la sequía», expresó la vocera del organismo multilateral, Julie Kozack, en el marco de la conferencia de prensa que suele brindar en Washington
«El enfoque de las discusiones que están en curso ahora para la quinta revisión ha sido el fortalecimiento del programa de las autoridades, teniendo en cuenta también el impacto de la sequía», expresó la portavoz, que también fue negociadora por el FMI del programa para la Argentina.
«Estamos trabajando muy de cerca con las autoridades argentinas en el contexto del programa para abordar la muy desafiante y compleja situación», dijo Kozack.
Ante la inquietud de cómo se están desarrollando las deliberaciones, de si habrá un cambio significativo en las metas y eventuales adelantos en los desembolsos de los fondos acordados para el corriente año, Kozack dijo que «las discusiones que están teniendo ahora son constructivas y virtuales», y que el resultado de las mismas se informarán «en su debido momento».
Según el programa establecido con el Fondo, para lo que resta del año existen desembolsos previstos por US$ 10.460 millones.
Para que esto suceda, el programa acordado en marzo del año pasado establece que la Argentina debe cumplir con las metas pautadas para el período y que los desembolsos se concretarán en tres tramos: los meses de junio, septiembre y diciembre.
El Gobierno, por su parte, busca reformar ese programa, cuyos objetivos se tornaron más difíciles de cumplir debido al impacto que tuvo la sequía en las cuentas externas y lograr un adelanto de ese desembolso de US$ 10.640 millones, con el objetivo de calmar las expectativas y reforzar las reservas del Banco Central en medio del año electoral.
El mercado especula con que habrá un nuevo retoque en la meta de reservas, y eventualmente nuevos objetivos en el plano fiscal, entre otros puntos.
Días atrás, el ministro de Economía, Sergio Massa, había adelantado que en las discusiones que se llevan adelante con el FMI «está todo sobre la mesa en la discusión, absolutamente todo. Y, además, hay una cuestión que para nosotros es central, que es la capacidad de intervención del Banco Central, que es irrenunciable».
Massa dijo esto el miércoles en el cierre de una jornada organizada por la Cámara de Comercio de Estados Unidos en la Argentina (Amcham).
El impacto de la sequía, que implicará una pérdida de cerca de US$ 20.000 millones este año -según puntualizó el ministro-, implicó un «cambio de juego» en el escenario que se avizoraba a fines de 2022, y es el punto central en el marco de las discusiones que el Gobierno mantiene con el organismo para reformular el cronograma de desembolsos y modificar las metas acordadas en marzo de 2002.
En tanto, el Gobierno sumó apoyos de parte de Brasil para replantear el programa con el Fondo,
El ministro de Economía brasileño, Fernando Haddad, manifestó a la secretaria del Tesoro de Estados Unidos, Janet Yellen, durante la reunión que mantuvo el pasado jueves en el marco de la cumbre del G7 realizada en Japón, su preocupación por la situación económica que enfrenta la Argentina, y sostuvo que la solución pasa por una renegociación con el FMI que debe ser respaldada por Washington.
«Traje este problema porque es una cuestión importante. Argentina es un país muy importante en el mundo y particularmente en Sudamérica. En segundo lugar, porque la solución para Argentina pasa por el FMI. Si Brasil y Estados Unidos están juntos en este apoyo, puede facilitarle las cosas a la Argentina», reveló Haddad tras su encuentro con Yellen.
Haddad anticipó que la semana que viene -en Hiroshima, Japón- el presidente Lula acudirá a la cumbre del G7 como invitado y llevará el mismo mensaje sobre Argentina, que es el tercer socio comercial brasileño después de China y Estados Unidos.
«El presidente Lula vendrá la próxima semana con la misma preocupación, estoy anticipando lo que él mismo, de palabra, traerá sobre la Argentina», agregó Haddad.
Por otro lado, Argentina y Brasil negocian formas de financiamiento para un mejor flujo de las exportaciones brasileñas sin utilizar las reservas del Banco Central.
En ese marco, Lula ordenó a Haddad desplegar la diplomacia económica de Brasil para auxiliar a la Argentina y, en ese contexto, prometió también coordinarse con los Brics (bloque económico integrado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) para que el Nuevo Banco de Desarrollo de este grupo pueda cambiar uno de sus artículos para poder financiar exportaciones brasileñas a la Argentina.